Corría el año 2013 cuando el Club Voleibol Zaragoza lanzó una campaña para recaudar fondos que le permitieran continuar en la Superliga, pero la llamada de emergencia no encontró respuesta. La crisis había golpeado fuerte y la falta de patrocinadores obligaban al equipo aragonés a abandonar la élite nacional. Ahora, nueve años más tarde, el Voleibol Zaragoza comienza el camino para recuperar su sitio en lo más alto y competirá la próxima temporada en la Superliga Masculina 2.
Aunque realmente ese camino lleva labrándose mucho tiempo en la sombra. Porque la falta de recursos no supuso la desaparición del club, tan solo un cambio en la filosofía de la entidad. «En vez de centrarnos casi exclusivamente en un primer equipo, decidimos realizar una apuesta por la cantera», explica Diego Carreras, el presidente del Voelibol Zaragoza. Y esa idea funcionó. Actualmente, el club cuenta con 32 equipos (24 femeninos y 8 masculinos) y un total de 380 deportistas. «Estamos muy contentos con cómo nos están marchando las cosas, es el fruto a mucho trabajo y el reflejo de que se están haciendo las cosas bien», asegura Carreras, que también ha sido entrenador en varias etapas.
Como consecuencia de los grandes resultados cosechados por estos equipos, con hasta 7 campeones de Aragón y buenas actuaciones en Campeonatos de España, ahora el Voleibol Zaragoza busca dar un paso más. «La entrada en la Superliga 2 no ha sido algo forzado, más bien algo natural. Nuestros jugadores quieren seguir creciendo, así que como ha surgido la oportunidad, nos hemos lanzado a la piscina», analiza Carreras, que además considera que tener un equipo en la segunda división del voleibol español puede servir de acicate para todos los integrantes de la cantera. «Creo que les puede estimular y servir como referente», señala.
No obstante, Carreras deja claro que, a pesar de este hecho, la esencia del club seguirá siendo la misma. «La filosofía no va a cambiar y nuestro compromiso con la base que tenemos es innegociable», subraya el presidente. «El equipo va a estar compuesto al 95% por chavales de la casa, de Zaragoza. Queremos comprobar si estamos preparados para competir a ese nivel. A ver hasta dónde podemos llegar», añade.
Aunque todavía queda lejos y desde el club se muestran cautos, a sabiendas de la dificultad de encontrar financiación y patrocinios necesarios para esta nueva etapa, la ilusión es palpable en la entidad. El sueño es poder volver a vivir grandes hazañas como las que protagonizó el equipo en los primeros años de este milenio, en los que jugó 9 años en la Superliga, llegando incluso a disputar una final de la Copa del Rey. «Recuerdo especialmente los derbis con el Teruel. Fue una época muy bonita», rememora Carreras.
Solo el tiempo dirá hasta dónde llegará la aventura del Club Voleibol Zaragoza, al que su crecimiento y su buen hacer con las categorías base le brinda ahora la posibilidad de intentar de nuevo el asalto a la élite.
