Con Eduardo Gálvez vuelve la fe

El entrenador se hace cargo del BM Casademont con el objetivo de ascender a la División de Honor Plata. «La gente empieza a creer que podemos tirar para arriba», asegura

Eduardo Gálvez, nuevo entrenador del Balonmano Casademont.

Eduardo Gálvez, nuevo entrenador del Balonmano Casademont. / Casademont Zaragoza

David García Arlegui

David García Arlegui

Si algo ansían muchos de los clubs deportivos referentes en Zaragoza es volver. Ser, de nuevo, grandes en sus respectivos deportes y recuperar la gloria que antaño les caracterizó, pero que, recientemente, les ha sido esquiva. El regreso del balonmano zaragozano a la élite competitiva pasa por la unión de los equipos referentes en la capital aragonesa, y con esa misma idea nació, en julio del pasado año, el Balonmano Casademont Zaragoza. Este club, surgido de la voluntad de impulsar el balonmano aragonés de cuatro de las escuelas más importantes de Aragón como son Adecor, Ademar, La Jota y Dominicos, a las que se unió el Casademont Zaragoza el verano pasado, cuenta con la vuelta de un entrenador que ya dirigió al Zaragoza BM en 2021, Eduardo Gálvez. La historia va de volver.

«Conocer al grupo y a los directivos ha hecho todo mucho más fácil y rápido. El período de adaptación se acorta mucho de esta manera», explica Gálvez, que ha encontrado un proyecto más enérgico que cuando se marchó. «Veo que están trabajando muchísimo por este equipo y esto me hace sentir agradecido. Lo están haciendo fenomenal y veo a los chavales muy ilusionados e implicados, mucho más que hace dos años», indica el técnico. «El proyecto tiene mucha más credibilidad que hace dos años. Estar bajo el amparo del Casademont es otra cosa de cara a hablar con jugadores y otros compañeros entrenadores. La gente empieza a creer que esto puede tirar para arriba», agrega.

«El proyecto tiene mucha más credibilidad que hace dos años»

El ilusionante proyecto pasa por mantener un bloque que, la pasada temporada, se quedó a las puertas de la fase de ascenso a la División de Honor Plata. «Esperamos mantener el mismo núcleo del año pasado, pero reforzando algunos puestos», argumenta. «Trabajaremos con unas 19 licencias, pero las 19 serán para gente que podría ser titular en cualquier equipo de Primera», asegura, confirmando que la meta del Casademont está más cerca gracias a la aptitud de los suyos. «Nos hemos reforzado bien de cara a nuestro objetivo, que es intentar ascender», dice.

Entre sus efectivos más destacados se encuentra Jorge Gómez, recientemente renovado por el club zaragozano. «Tenerle con nosotros es un lujo. Ni en mis mejores sueños podía imaginarlo. Es un compañero excepcional y un jugador de primerísima calidad que, ahora mismo, podría jugar en cualquier equipo de Asobal», manifiesta.

Ahora, el objetivo del ascenso pasa por competir en un difícil grupo en el que se encuentran diferentes equipos vascos y navarros. «Es un grupo muy complicado. Tenemos a los dos filiales de equipos de la Asobal que tendrán jugadores en edad júnior muy potentes. También están clubs como Tolosa u otros con pistas muy difíciles, como Egia y Beti Onak, que te pueden hacer perder las opciones de meterte en la fase de ascenso», advierte Gálvez. «No nos podemos relajar. Cualquier equipo puede ganar a cualquiera y son los pequeños detalles los que te pueden fastidiar una temporada», expone el entrenador.

«Vuelvo conociendo la categoría y considero que con más seguridad»

Eso sí, Gálvez es consciente de que las posibilidades del Balonmano Casademont pasan por su propio desempeño. «Mi primera preocupación somos nosotros mismos. Una vez que hagamos los deberes, que creo que los estamos haciendo, daremos un paso de gigante con respecto a todos», reconoce.

En su vuelta, Gálvez ha encontrado un mejor equipo, y confiesa que él también ha madurado estos dos años. «Además de con dos hijos y muy pocas horas de sueño, vuelvo conociendo la categoría y considero que con más seguridad», afirma entre risas. «Conocer al grupo es importante, y regreso más sosegado y con las cosas más claras. No soy tan efervescente como antes y relativizo mucho», explica. «Disfruto mucho más del momento. Sé que vendrán tiempos duros, así que disfruto los buenos momentos y mantengo la calma y busco hacer todo lo posible por sacarnos de los malos», indica Gálvez, quien vuelve a dirigir a la esperanza del balonmano zaragozano de regresar a la élite.