LA MONTAÑA EN ARAGÓN

La montaña en Aragón: solo puede quedar uno

Benabarre acoge el próximo 15 de junio la primera ‘Backyard’ en Aragón y, seguramente, la carrera de mayor distancia disputada nunca en la comunidad

Este novedoso formato de ultrafondo y de filosofía social consiste en dar vueltas a un circuito cerrado de 6,706 kilómetros cada hora hasta que únicamente quede un participante en pie

‘El americano’ posa con los ‘palitrocs’ bajo el nogal y la ermita de Sant Medardo, símbolos de Benabarre.

‘El americano’ posa con los ‘palitrocs’ bajo el nogal y la ermita de Sant Medardo, símbolos de Benabarre. / SERGIO RUIZ ANTORÁN

Sergio Ruiz Antorán

Sergio Ruiz Antorán

Solo puede quedar uno. Como en ‘Los Inmortales’. Porque aquí no gana el más rápido, sino el más resistente. Física y mentalmente. En Benabarre, cerca de Tolva, en la capital cultural de Ribagorza, nace un invento novedoso y, seguramente, la carrera más larga nunca sufrida en Aragón. Una ‘backyard’. ¿No saben lo que es? Sigan leyendo. Un anticipo: «Si en una ultra de alta montaña se hace unos 100 o 110 kilómetros, aquí superaremos los 200 de largo», ratifica Germán Martínez, el exportador de esta cuerda locura.

Sintéticamente, se trata de dar vueltas a un circuito cerrado con una hora como límite. Porque cuando la manecilla larga apunta arriba se inicia un nuevo giro. Así hasta que solo quede uno. Pura eliminación en un circuito de 6’706 kilómetros. ¿Y por qué esta distancia? «Porque es la que resulta de correr cien millas en 24 horas», responde ‘el americano’ como todos conocen a Germán en Benabarre. Y americana es la paternidad de esta bestialidad ideada en 2011 por Gary Cantrell (aka Lazarus Lake) en el ‘patio trasero’ de su rancho de Tennessee.

Aquí Gary es Germán, un hombre nacido para correr. No es una metáfora ni una chufla. Lo dicen las estrellas. «Cuando me hicieron la carta natal me sacaron que tenía el ‘Síndrome del corredor de larga distancia’», advierte sin disimulada sonrisilla de orgullo. 

No sería por el médico que, con catorce años, le diagnosticó un problema en el talón que le impedía trotar. No hacer ciclismo, deporte que siempre ha practicado. Pero hace siete años un compañero del club de pedaleo le indicó una técnica para apoyar primero con la punta y amortiguar el impacto y se lio a alargar la zancada. Eso fue en 2016. Desde entonces encadena 10k, medias, maratones, ultras de montaña y ahora ‘backyards’. «Conocí esta disciplina leyendo el blog de Monrasín. Hice la primera hace dos años y me enganché. Yo que siempre me quedaba de los últimos en ultras, hice sexto en la primera», explica. En una de ellas ese sabor de boca masticó una idea: ¿Por qué no organizarla en el ‘patio de su casa’? 

En noviembre empezó el montaje. Tenía claro que debía de ser una carrera de Benabarre, Benabarre. Con denominación de origen. La línea de salida se arropará ante el nogal milenario de Sant Medardo, al cobijo de la ermita del patrón, mientras suena su campana, bajo el arco de los ‘palitrocs’ y al son del ‘Ball dels Salvatges’, dance recuperado; y el trofeo será una pieza del alfarero. Con un grupo entusiasta de voluntarios y buenos patrocinadores locales y el apoyo del Ayuntamiento, que ha habilitado un sendero de vuelta desde la Font del Catró.

Charradetas y a la marcheta

Como le pasó a Germán, quien no conozca esta disciplina se enamora pronto, más si tiene un espíritu libre. Porque es una fiesta, un evento social. Para los participantes porque la marcheta, el ritmo, «te permite ir con los mejores, hablar con ellos, aprender, conocerse… e intercambiar opiniones y consejos si vas con amigos o en club al acabar cada vuelta en el corralito». Y para los acompañantes porque «esto no es una maratón en la que ves pasar una vez y te despides, sino que sabes que cada hora vas a coincidir».

Y si eso es poco, la organización pone la guinda con un auténtico sorteo de productos, obvio, 100% de Benavarri: buenos chocolates, sabrosos embutidos y mejores quesos. «Y sortearemos un jamón en la distancia del maratón, a los cien kilómetros y a las cien millas». Y el ganador también se llevará una paletilla. 

Aliciente para el estómago que aliviará la obvia paliza de esta machada, una peonza de resistencia contra el agotamiento donde «lo importante es no tener bajones, no perecer por veinte minutos malos, conocerse, dosificar y ser constante». Por eso la planificación nutricional es clave, saber cuando comer, cuando toca un café o hasta «tomarte una minisiesta de 10 minutos para descansar entre parones». Pero ojo no te quedes sopa, que se te pase la llamada de la esquella a la salida cada tres, dos y un minuto, pues tienes que estar puntual, dado que todos los supervivientes salen a la vez, lo que puede generar atascos en las primeras rondas. Y aunque no hay un control estricto del trazado «nadie ataja» ni se pueden usar bastones.

Las ‘backyard’ están creciendo en España. La primera se disputó en Galicia, la ‘Spain Backyard Ultra’ de Castro Caldelas (Ourense). Ahora hay una veintena, la mitad en Cataluña. En estas carreras pueden congregar hasta a 200 atletas. En Benabarre se cerró la inscripción con más de 170, procedentes de 16 provincias y «uno de Ceuta». El 72% serán debutantes y el 24% son mujeres. Porque la brecha de género es menor cuando se habla de ser regular en el aguante en una prueba sin categorías ni límites de edad.

¡750 kilómetros!

El ganador en Sant Medardo logrará pase directo al Campeonato de España que se celebrará en Méntrida (Toledo). En la salida habrá varios de los mejores ‘backyardistas’ nacionales y el ganador de la prueba más larga del calendario nacional, la locura de la Andómita de ¡460 kilómetros!, Norbert Llobera. Faltará el recórdman español (89 horas, sí 89 horas), el tarraconense Oriol Antolí, un bestia que se codea con los mejores del mundo, aunque aún lejos de la marca del americano Harwey Lewis (108 horas, ¡sí 108 horas y 750 kilómetros!).

Figuras y novicios, cada uno de ellos ha tenido que donar cinco kilos para el Banco de Alimentos de Cruz Roja Ribagorza. Porque el fondo de esta ultrafondo es solidario. «Además, hay una caminata solidaria que saldrá con la carrera para que la gente de Benabarre participe y anime a los corredores», dice Germán. Corredores, no. Inmortales.