El cambio del euro frente al dólar alcanzó ayer nuevos máximos en el mercado de Fráncfort al llegar a los 1,3107 dólares, tras expresar Rusia su interés en reestructurar las reservas de divisas y vender dólares para comprar euros. El Banco Central Europeo (BCE) fijó el cambio oficial en 1,3089, lo que supone también un nivel récord desde que comenzó a circular la divisa europea en 1999.

Desde agosto, el euro ha ganado el 8,5% frente al billete verde , que se ha debilitado a pasos agigantados con el consentimiento del Gobierno de George W. Bush y del presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, para quien lo importante es atajar las causas de la inestabilidad en el mercado de divisas, y que son el déficit comercial y fiscal de EEUU.

Un dólar débil ayuda a mejorar la balanza comercial de EEUU, pero también dificulta la compra de activos denominados en dólares, lo que obliga a Washington a una política presupuestaria más restrictiva. Greenspan vaticinó el viernes que los inversores internacionales huirían del dólar mientras no se corrija la situación. La decisión del banco central ruso de ayer es un claro ejemplo. La autoridad monetaria explicó que, en la actualidad, la gran mayoría de sus reservas están en dólares y que, a la vista de su fuerte descenso, eso supone "una causa de preocupación". El banco estudia la posibilidad de "cambiar la estructura de nuestras reservas" para aumentar el peso del euro.

Los analistas tienen dudas sobre dónde puede llegar el valor del euro. "Algunas casas de bolsas sitúan los máximos en 1,45 dólares. Pero mientras haya inestabilidad en el mercado de divisas toda la presión irá a parar al euro", comentó Angel Olea, director de inversiones de Abante. Algunas divisas asiáticas, como el yen japonés y el won coreano se apreciaron ayer con el dólar, aunque la intervención de los bancos centrales sirvió para corregir la tendencia. Tampoco es previsible que China deje flotar libremente el yuan, con lo que el cambio que más se resiente es el del euro.

Para las autoridades económicas europeas, un euro al alza representa un problema. La fortaleza de la divisa de la UE contribuye a abaratar la factura petrolera. Pero un escenario con el producto financiero y la materia prima en niveles elevados deteriora el crecimiento europeo. En esta situación, no obstante, se aleja una posible subida de los tipos de interés en Europa.