El mercado nacional de electrodomésticos sigue bajo mínimos, pero a pesar de este complicado escenario BSH España está consiguiendo plantarle cara a la crisis. De hecho, el grupo prevé cerrar el año con un incremento de ventas respecto al 2012 de "en torno al 3%". Así lo estimó ayer su director general, José Longás, quien subrayó que, en su opinión, "la empresa está yendo razonablemente bien en un mercado que sigue bastante mal y que vende la mitad que en el 2007".

En este sentido, Longás apuntó que hasta septiembre se han comercializado en España un 8% menos de electrodomésticos que en el mismo periodo del 2012, si bien BSH ha seguido "ganando participación" en el mercado nacional (es líder con un 30% de cuota). A pesar de este incremento, el grupo ha podido hacer frente a esta adversa coyuntura gracias, fundamentalmente, a su firme apuesta por la internacionalización. El pasado año, el 63% de su facturación se cerró en el exterior, un peso que, según Longás, se mantiene en unos niveles muy similares durante el 2013. "Estos años hemos trabajado muchísimo nuestra eficiencia y productividad", destacó el máximo responsable de BSH España, que apuntó que a corto plazo "no vemos que podamos tener grandes dificultades".

Por todo ello, Longás, y tras conmemorar la producción de la placa de inducción cinco millones, dibujó un escenario de "razonable tranquilidad" a corto plazo para la plantilla. Actualmente, BSH emplea en España a unos 4.000 trabajadores y la mitad de ellos se ubican en Zaragoza, donde el grupo cuenta con dos fábricas (Montañana y La Cartuja), el almacén logístico de Plaza y su central de servicio al cliente.

La cifra total de ventas en el 2012 alcanzó los 1.451 millones de euros, un 4,7% menos que el ejercicio anterior.