La industria de componentes española es el sector que se enfrenta a los «mayores riesgos» derivados del muro proteccionista levantado por el presidente estadounidense, Donald Trump, tras su decisión de imponer aranceles al acero (25%) y al aluminio (10%) provenientes de la UE, México y Canadá, según advirtió el director de la Asociación de empresas industriales internacionalizadas (Amec), Joan Tristany.

Tristany hizo estas declaraciones durante la presentación del Índice de Solidez de la Internacionalización (ISI) 2017, cuyo resultado manifiesta una «moderada mejoría» de la capacidad de estabilidad del sector exterior español en situaciones de crisis y su adaptabilidad para afrontar nuevos retos, con un crecimiento interanual del 2,97%, tras alcanzar un nivel de 6,8 sobre 10.

«El mayor impacto (de los aranceles) se producirá por la vía de la cadena de valor. Veremos el efecto en la pérdida de exportaciones a Alemania o Francia, más que por la bajada de las exportaciones directas a EEUU», precisó durante el acto.

Se refería Tristany a la industria de componentes y en concreto al sector de la automoción, al que definió como «chivo expiatorio de la Administración norteamericana», y que en España será el principal afectado en esta batalla por el «efecto rebote» de estos aranceles, pues muchas de las piezas automovilísticas fabricadas en nuestro país tienen la UE como destino anterior a Estados Unidos, donde son vendidas como bienes finales (automóviles).

Esta industria auxiliar será la que realmente se verá afectada, pues el comercio español con EEUU es hoy «relativamente pequeño». En el 2017, el 4,5% de las exportaciones españolas tuvieron como destino EEUU y el 4,6% de las importaciones a España vinieron del país liderado por Trump, según datos del ICEX, unas cifras que según Tristany demuestran que en España la política arancelaria del mandatario «quizá» puede afectar a «algún sector», pero en conjunto no cree que tenga «un efecto relevante».

El Informe trimestral de la economía española publicado por el Banco de España hace poco más de una semana alertaba de las barreras comerciales no arancelarias, un instrumento menos transparente, conocido y estudiado que los aranceles, pero que puede tener un impacto tan negativo como estos.

En total, desde el 2009, EEUU ha impuesto 546 medidas no arancelarias a España. «Nos fijamos en el arancel, que es importante, pero tiene una ventaja y es que es visible, claro, fijo y no hay sorpresa. El no arancelario es el que pide por ejemplo una certificación que tiene un coste muchas veces mayor», explicó el director de la Amec.

Peticiones al Gobierno

Tristany aprovechó la presentación del informe para pedirle al nuevo Gobierno de Pedro Sánchez que haga de la internacionalización un eje estratégico, con un objetivo definido y acompañado de políticas que impulsen la diversificación, «para que no sean siempre las mismas empresas las que dominen la exportación española».

Y requirió al nuevo Ejecutivo a hacer «todo lo posible» por acercarse a los agentes de la internacionalización para «ser capaces de identificar problemas con los que las empresas se encuentran y que no son los mismos que hace tres años, cinco años o los que salen en los libros de texto».