Que no te engañen, tu cerebro trabaja más de lo que crees, lo hace hasta cuando estás durmiendo, escuchando música o buscando un calcetín perdido, es una máquina que no puede parar.

¿En alguna ocasión has tenido que controlar tus impulsos para evitar llevar a cabo alguna acción de la que podrías arrepentirte después? Sí, sí, esa situación en la que estás pensando ahora mismo nos va a servir de ejemplo para entender mejor cómo funciona el cerebro. En ese momento, tu cerebro se puso en modo «funcionamiento ejecutivo», activó un conjunto de estrategias que te ayudaron a regular ese primer impulso. En décimas de segundo fuiste capaz de valorar las consecuencias que tendría tu acto, pensar en otras alternativas, pensaste en el futuro y, al final del proceso, elegiste resolver dicha situación de una manera diferente a la inicial.

Para conseguir regular nuestra conducta, para ser capaces de resolver problemas complejos, para adaptarnos a nuevas situaciones, en definitiva, para llevar a cabo procesos cognitivos de alto nivel, nuestro cerebro activa, entre otras, las siguientes funciones ejecutivas: planificación, control de los impulsos, concentración, memoria operativa y flexibilidad mental. Son las responsables de ese funcionamiento ejecutivo del cerebro, ese que dirige al resto de habilidades y capacidades cerebrales. 

La humanidad dispone de estas funciones y su rendimiento depende directamente del aprendizaje, la práctica, la experiencia.

Ejercicios para entrenar...

La planificación

Al cabo del día realizas muchas actividades que te ayudan a entrenar la planificación, como usar agenda u organizar un viaje. Y si quieres hacer otras diferentes, puedes pensar en distintas rutas que nos lleven a un mismo sitio, imaginarte los pasos a seguir para llevar a cabo una receta o jugar con acertijos matemáticos.

El control de impulsos

El control de impulsos también se puede ejercitar con tareas que exijan demorar la respuesta a una conducta, esperar el turno, o decir el color de la letra de una palabra, en vez de lo que se lee:

Juego de psicología, decir el color pero no la palabra. EL PERIÓDICO

La concentración

Otra de las funciones ejecutivas es la concentración, que se define como la atención voluntaria, consciente y sostenida en el tiempo y para mejorar en este aspecto se hace imprescindible confiar en la propia voluntad, consciencia y perseverancia de manera que se vayan ampliando los periodos de concentración día tras día. 

La memoria

Esta función, junto con la memoria operativa, es de las que más ejercitas en tu vida cotidiana. Esta última se encarga de retener o traer al recuerdo, por un breve periodo de tiempo, la información que necesitas para hacer tareas nuevas o conocidas. En este caso te interesa entrenar el cálculo mental, ponte como reto realizar una multiplicación, algo complicada, sin ayuda de la calculadora, por ejemplo.

La flexibilidad

Nos queda entrenar la flexibilidad cognitiva, la capacidad de encontrar distintas opciones o soluciones a una situación concreta. Disfruta de juegos de creatividad como: piensa en todas las cosas que puedes hacer con una pelota de ping pong.

¿Te apuntas al gimnasio cerebral? Seguro que encuentras muchos beneficios para ti.