El caso de Saray, una niña colombiana de 11 años que intentó suicidarse a comienzos de este curso en Zaragoza por el supuesto acoso escolar que sufría por parte de un grupo de compañeras de clase en el Colegio Agustín Gericó, ha vuelto a poner sobre la mesa el problema del bullying. El acoso escolar es una situación de violencia sostenida entre iguales que genera miedo y una ansiedad enorme a la persona que lo vive diariamente, y tiene un gran impacto en su salud mental. 

«El 90% de los menores que sufren acoso escolar tienen consecuencias emocionales como síntomas de ansiedad, miedo, indefensión aprendida, estado de alerta o problemas de autoestima», asegura Diana Díaz, responsable de las líneas de ayuda de la Fundación de Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo (ANAR). Además, «en torno a un 10% de los casos se relacionan con ideas suicidas».

Según el informe sobre acoso escolar La opinión de los estudiantes presentado recientemente por Fundación ANAR y Mutua Madrileña, en base a las encuestas realizadas al alumnado de los centros en los que la entidad impartió charlas el curso pasado, el acoso escolar se ha reducido con la pandemia debido al confinamiento y a las medidas frente al covid, como los grupos burbujas.

En descenso por la pandemia

«Nos encontramos en el escenario de vuelta y parece que por el momento los niveles son bajos, incluso han disminuido las agresiones físicas», sostiene la psicóloga, que recuerda que la fórmula más utilizada de acoso es la psicológica: el insulto, las burlas, los motes, etc.

Los motivos por los que se sufre acoso escolar son variados. El aspecto físico, tener algo diferente al resto del grupo, cómo te expresas, las cosas que dices o haces, o el sacar buenas notas, son algunos de los elementos más destacados. 

Los casos de acoso han descendido con la pandemia pero siguen presentes en los centros escolares. EL PERIÓDICO

En cuanto a las características de los agresores, el denominador común es la falta de control del impulso y de empatía, aunque las motivaciones cambian con la edad. «En Secundaria hay un sentimiento de superioridad y falta de habilidades y empatía, mientras que en Primaria hablamos de problemas emocionales destacados, como baja autoestima, inseguridad, frustración o miedo el rechazo», indica Díaz.

Un problema "difícil de erradicar"

A la hora de abordar el problema se debe tratar tanto a la víctima como al agresor, «evaluar por qué un niño o adolescente tiene esas actitudes violentas». Cada caso de acoso es único y depende de muchos factores, como el desarrollo del niño, su situación particular, entorno familiar y de la actuación de los centros, «por eso es tan difícil de erradicar».

"Es importante que el centro actúe rápidamente, identifique las señales de riesgo y no minimice cuando exista una denuncia»

Otro punto importante es la comunicación con los profesores y la familia. «El apoyo familiar es clave», asegura la psicóloga de ANAR. «La escucha diaria de las emociones, el no minimizar sino lo contrario: dar mucha importancia a los que los hijos nos dicen que están sintiendo, disminuye el impacto de todo lo que les vaya a pasar». 

Según la portavoz de la entidad, en los centros educativos se ha producido un avance en los últimos años y cada vez existen más herramientas para atajar la violencia escolar. «Estamos en otro escenario y es verdad que se suele actuar y tomar medidas». No obstante, asegura que «hay que seguir incidiendo en este tema». Para ello, «es importante que el centro actúe rápidamente, identifique las señales de riesgo y no minimice cuando exista una denuncia».

Existen distintos teléfonos de atención del acoso escolar para pedir ayuda. EL PERIÓDICO

EL 60% VE INÚTIL DENUNCIAR EL ACOSO A SUS PROFESORES

Sucesos como el de Saray, que se recupera de las heridas sufridas al tirarse por la ventana de un tercer piso del edificio en el que vive en la capital aragonesa, pueden parecer extremos. Pero lo cierto es que el 25% de los estudiantes experimentó que el curso pasado que existía acoso escolar en su clase. Así lo revela el informe de la Fundación de Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo (ANAR) sobre el acoso escolar La opinión de los estudiantes’ que hace referencia al pasado curso en toda España. Otro dato preocupante es que seis de cada diez alumnos (61,7%) considera inútil denunciar ya que el centro donde cursan sus estudios no hace nada por evitar el acoso y no confían en los profesores para resolver sus problemas.

«Contar lo que te ocurre y saber que no estás solo en ningún caso, que vas a tener el apoyo de muchas personas». Ese es el principal consejo que da a quienes sufren acoso escolar Diana Díaz, responsable de las líneas de ayuda de Fundación ANAR. Entre otros recursos, la entidad gestiona el teléfono de atención al acoso escolar del Ministerio de Educación (900 018 018) donde las familias pueden encontrar asesoramiento y orientación a nivel psicológico, jurídico y de recursos para saber cómo actuar si su hijo o hija es víctima de ‘bullying’. Aragón fue pionero en 2016 en disponer de un teléfono contra el acoso escolar, que se presta mediante el teléfono 900 100 456. Esta línea está activa las 24 horas los 365 días del año y es atendida por profesionales de Psicología especializados en este tipo de situaciones en las aulas.