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La moda también contamina

El ‘fast fashion’ es una fórmula de consumo que consiste en comprar y desechar ropa a un ritmo acelerado y que ha situado a la moda como una de las industrias más perjudiciales para el planeta

La industria de la moda es ya la segunda más perjudicial para el medio ambiente.

La industria de la moda es ya la segunda más perjudicial para el medio ambiente. / EL PERIÓDICO

Laura Rabanaque

Laura Rabanaque

Los humanos somos los principales causantes de la contaminación y el cambio climático. Nuestras actividades y nuestro estilo de vida tienen un efecto directo en la naturaleza. Pero no solo los humos de las fábricas, los coches o los aviones perjudican el medio ambiente, también la ropa que vestimos tiene un impacto en el planeta. 

La industria textil es la segunda más contaminante del mundo, solo por detrás de la petrolera. Según Naciones Unidas, la producción textil provoca el 20% de la contaminación mundial del agua potable y representa en torno a un 8% de las emisiones mundiales de gases contaminantes, una cifra similar a la suma de las emisiones de los aviones y barcos de mercancías juntos.

Además, el sector está detrás de un 9% de los microplásticos liberados en los océanos. Y la contaminación va cada vez a más. Cada persona en Europa consume un 40% más de ropa que en 1996. De los 26 kilos de productos textiles que compramos al año, 11 acaban en la basura. 

La 'fast fashion': usar menos y tirar más

Todo ello es resultado de la moda de masas o fast fashion, que genera ropa muy barata y desechable. Lo explica Pilar Sicilia, diseñadora y docente de Hacer Creativo, centro formativo de Zaragoza donde se imparten enseñanzas superiores relacionadas con el diseño de moda. «Antes la gente iba a una modista y se hacía un vestido para varias temporadas. Ahora, las cadenas de moda low-cost lanzan al año entre unas 50 y 60 microcolecciones que nos hacen sentir que estamos desfasados y nos animan a comprar más».

La fast fashion o moda rápida, en español, es una fórmula de consumo que tiene al planeta exhausto tanto a escala medioambiental como social. El bajo precio de las prendas es un aliciente para comprar y desechar a un ritmo acelerado. «La ropa se deteriora mucho mas rápido, porque los tejidos son de muy mala calidad y más contaminantes. Y para que cuesten tan poco, las prendas se fabrican en países donde las condiciones laborales son mucho peores, incluso lamentables», señala la docente.

Las condiciones laborales en las que se fabrican las prendas también son peores.

Las condiciones laborales en las que se fabrican las prendas también son peores. / EL PERIÓDICO

Con el fin de frenar estas prácticas se ha creado la Alianza para la Moda Sostenible de Naciones Unidas que tiene como lema Vístete despacio que el planeta tiene prisa. Esta organización busca unir al sector de la moda y acercar la industria textil hacia un modelo más sostenible, en línea con los ODS, como ya sucede con la alimentación o los edificios. 

Tendencias de la moda sostenible o 'slow fashion'

Frente al despilfarro del fast fashion, la moda sostenible o slow fashion «aboga por la duración de las prendas y el uso de tejidos más sostenibles, como el algodón, la celulosa o el bambú», indica Sicilia.

Para determinar que un producto es sostenible hay que tener en cuenta cómo se ha cultivado, la materia prima, su procesamiento y su reciclaje. Para reducir el impacto medioambiental, la moda sostenible apuesta por cultivos ecológicos y técnicas de procesamiento tradicionales en lugar de tratamientos con sustancias químicas. «Una tendencia actual son los tintes naturales hechos con café o piel de aguacate», cuenta la diseñadora.

También se apuesta por la segunda vida. Actualmente, se estima que después de su uso solo el 15% de las prendas se reutiliza o recicla. En este sentido, según Pilar Sicilia, una tendencia en boga es el upcicling, que consiste en reutilizar la ropa que ya no usamos para hacer otras nuevas, por ejemplo con la técnica del patchwork. «Se cogen retales de ropa que ya no se usa para componer otras nuevas», indica.

Comprar ropa de segunda mano es una manera de vestirnos más sostenible.

Comprar ropa de segunda mano es una manera de vestirnos más sostenible. / EL PERIÓDICO

¿Qué podemos hacer como consumidores?

Como consumidores, podemos actuar por el planeta comprando solo la ropa que necesitamos y en tiendas de segunda mano. Según los expertos en moda sostenible, la mayoría de los consumidores de fast fashion son jóvenes que apoyan la lucha contra el cambio climático, pero tienden a separar el mundo de la moda de la sostenibilidad.

«Tenemos que buscar los tejidos más orgánicos y tratar de cambiar la mentalidad para adquirir prendas que sean más durables y menos desechables, aunque cuesten un poco más de dinero», recomienda la diseñadora.

La mayoría de los consumidores de 'fast fashion' son jóvenes que apoyan la lucha contra el cambio climático

Otra opción es reutilizar la prenda. «Si nos hemos cansado de ella podemos convertirla en una funda de almohada». Y si no, «se puede donar o vender de segunda mano, reciclarla de alguna manera». Otro consejo es «no lavar demasiado la ropa, sobre todo la sintética, ya que expulsa microplásticos».

Para saber si la ropa ha sido fabricada de modo sostenible podemos fijarnos en su etiqueta. Cada vez más fabricantes incluyen información sobre la trazabilidad de la prenda para saber su origen, el tipo de fibras y tejidos empleados, o en qué condiciones de trabajo se ha confeccionado.

Finalmente, Sicilia recomienda apostar por la moda de kilómetro cero, es decir, «comprar ropa de diseñadores y negocios locales que estén comprometidos con la moda sostenible».