Loubna El Azami tiene 18 años y estudia 1º de Derecho en la Universidad de Zaragoza. Aragonesa de adpción, su familia procede del vecino Marruecos.

Loubna participó en CaixaProinfancia desde 1º hasta 4º de la ESO, con las Hijas de la Caridad. Asistía tanto a clases de apoyo educativo como a diversas actividades de ocio. Y es que en este programa tienen claro que, tan importante como aprobar las asignaturas es la socialización de los menores para lograr una integración plena en la sociedad, algo clave para el futuro de cualquier joven.

El paso de Loubna por el programa de la obra social la Caixa fue, según asegura ella misma «un elemento clave a la hora de determinar qué quería estudiar».

«Tener un refuerzo académico te ayuda a la hora de estudiar, pues te sirve para comprender bien todo aquello que no has entendido bien durante las clases. Pero, el hecho de que además te apoyen, a nivel emocional es muy importante». Dicho apoyo «te ayuda a que tengas autoestima, y eso, evidentemente, se refleja en las notas», lo cual se traduce «en una mayor confianza a la hora de tomar decisiones», como la de optar por estudiar leyes.

El futuro

Loubna todavía no tiene decidido lo que quiere hacer con su vida profesional. «Pero sí que tengo claro que quiero trabajar en algo relacionado con el Derecho para ayudar a personas que se encuentren en una situación desfavorecida, como las mujeres o los niños que sufren malos tratos».

También le llaman mucho la atención asociaciones como Amnistía Internacional «por ese mismo motivo». Y es que su paso por CaixaProinfancia, «al tener presentes casos similares», explica, despertó el ella su interés por los más vulnerables.

Juan Manuel Marín está convencido de que, si no hubiera tenido la oportunidad que le brindaron en CaixaProinfancia, su vida no sería la misma a día de hoy. «Tengo claro que, sin el proyecto, y sin las personas que han estado detrás de todo esto, no sé qué habría sido de mí en el aspecto academédico. Gracias a ellos he seguido adelante con mis estudios».

Hoy cursa 1º de Relaciones Laborales y Recursos Humanos porque participando en CaixaProinfancia «sientes que eres importante para alguien ajeno que confía en ti. Eso te carga de responsabilidad porque no quieres fallarle a esa persona».

Los educadores le dedicaron «buena parte de su tiempo, no solo para que aprobara, sino también para motivarme y para darme herramientas para el estudio. Y yo sentía que todo el trabajo que invertían en mí, tenía que devolvérselo de alguna manera. Y mi respuesta fue seguir estudiando».

Juan estuvo participando en CaixaProinfancia, a través de la asociación YMCA, desde los 8 años hasta la mayoría de edad, es decir, los 10 años de existencia del programa.

Empezó con ocio y tiempo libre, yendo a campamentos, y luego siguió con el refuerzo educativo. «No tenía muy claro qué quería hacer con mi vida y en los estudios no iba muy bien. Pero gracias a los educadores conseguí encontrar de nuevo la motivación y descubrí que la formación era importante. Poco a poco he ido consiguiendo todo lo que me he propuesto y estoy muy contento. Tengo que agradecer a la Caixa por este proyecto tan bonito».

Su verdadera vocación es ser trabajador social, y en buena medida gracias a su paso por el programa, por «el ejemplo que he ido recibiendo a lo largo de estos años». Su referente sigue siendo su monitor en YMCA.