La embajada de España en Rabat negó el visado a Naziha El Khalidi. Si puede participar en Aragón Protege es gracias a Suecia. «A Marruecos no le interesa que se difunda la imagen que dan los periodistas saharauis de los territorios ocupados porque peligra su régimen. Y tampoco a las potencias occidentales que se aprovechan de esta ocupación, como Francia, España o EEUU, porque sus principios se ven vulnerados si se sabe que consienten todas las vulneraciones de derechos que allí ocurren», denuncia.

Fue la primera periodista que se atrevió a bajar de una azotea para grabar a pie de calle las manifestaciones contra la violencia sistémica de Marruecos hacia la población saharaui. Esto le valió una condena de cuatro años. Y aunque se conmutó por una multa, el castigo añadido fue la publicación en la red de toda la información personal que habían extraído de su teléfono. «El mío no es un caso aislado. Los marroquíes aprovechan la desigualdad de género para humillar pública y socialmente a las mujeres».

Sin embargo, esta no era su primera detención, pues ya la vivió con solo trece años. Después hubo más episodios de torturas y vejaciones, y más de una vez le han requisado sus herramientas de trabajo, tal y como han sufrido todos sus compañeros de Equipe Media, sin excepción. Cuatro de ellos cumplen condenas de entre 20 y 30 años. Pero eso no la amedrenta. «Soy víctima antes que periodista. Como testigo, reporto lo que ocurre en el Sáhara Occidental y, como periodista, estoy obligada a ejercer mi profesión porque allí no hay prensa internacional, y somos los saharauis quienes tenemos que contar todo lo que ocurre, ya que el único vigilante mundial es la ONU, pero es un observador ciego».