Medio siglo de diversión

El Club de Ocio y Tiempo Libre Los Tigres de Atades cumple 50 años trabajando a favor de la inclusión real de las personas con discapacidad intelectual y facilitando la conciliación familiar

Antiguos voluntarios y socios del Club Los Tigres de Atades participaron el pasado fin de semana en una acampada en Canfranc con los actuales usuarios.

Antiguos voluntarios y socios del Club Los Tigres de Atades participaron el pasado fin de semana en una acampada en Canfranc con los actuales usuarios. / SERVICIO ESPECIAL

Mario Gracia

Una excursión a Canfranc ha sido el primer acto de conmemoración del 50º aniversario del Club de Ocio y Tiempo Libre Los Tigres de Atades, que este 2023 cumple medio siglo programando actividades lúdicas para personas con discapacidad intelectual. Durante el puente del 1 de mayo, antiguos voluntarios e integrantes de la agrupación han convivido con los usuarios, voluntarios y profesionales en activo, en la denominada Acampada Revival. De aquí a junio, un espectáculo de danza inclusiva, una exposición y una jornada de convivencia pondrán el colofón a esta celebración.

En septiembre de 1973, coincidiendo con el décimo aniversario de Atades, nacía el Club Juvenil de Ocio y Tiempo Libre, aunque sus integrantes no tardarían en rebautizarlo como Los Tigres. Vio la luz porque el tiempo libre y la canalización del ocio de las personas atendidas por la entidad exigían una orientación adecuada para las familias, a la vez que ofrecía a estas un respiro y una ayuda a la conciliación.

Detrás de la motivación de Atades para poner en marcha este servicio se encontraba también la importancia que el ocio tiene por su contribución al bienestar biopsicosocial de las personas, es decir, a su formación, desarrollo personal y calidad de vida. El objetivo no era otro que llenar los vacíos que los usuarios encontraban en su tiempo de asueto, al finalizar sus jornadas laborales, ocupacionales o formativas.

“El día se divide en tres periodos: el laboral, ocupacional o educativo, el de descanso y el de tiempo libre. La inserción laboral es fundamental para la integración, y el ámbito educativo lo es para el desarrollo de la persona. Pero la franja temporal que más valora todo ser humano es el tiempo libre, y, en el caso de nuestro servicio, las personas con discapacidad intelectual, ya que es cuando reciben un mayor estímulo y una mayor gratificación y satisfacción personal”, señala José Ramón Roldán, responsable de Proyectos y Servicios de Atades. “A través de esos momentos de ocio conseguimos auténticas maravillas. Y, lo más importante de todo: la felicidad y calidad de vida de estas personas”, apostilla.

Todo el mundo necesita disfrutar de su tiempo libre y tiene derecho al acceso a la cultura y el ocio. Aunque las personas con discapacidad intelectual siguen encontrando numerosas barreras para participar en las actividades que se ofrecen en la comunidad.

Pero, como apunta el responsable de Proyectos y Servicios de Atades, las familias no siempre cuentan con los recursos o las capacidades para paliar esas carencias. “Eso requiere de unos equipos profesionales acompañados, y esto es muy importante, por la labor de voluntariado, ya que sin él no existirían Los Tigres ni casi ningún servicio de ocio a nivel mundial. Por eso es importante dotarnos de recursos humanos y de infraestructuras para poder desarrollar espacios de intervención comunitaria”, argumenta.

“Nuestro sector de población requiere de unos determinados apoyos. Si las entidades del tercer sector que, desde hace 60 años, como Atades, venimos trabajando en este ámbito, no hubieran puesto sobre la mesa esa necesidad y la carencia de alternativas que había, y que aún hoy tenemos, no se podrían haber creado y desarrollado servicios específicos como el de Los Tigres u otros afines que hay en Zaragoza. Y estos tampoco hubieran servido de estímulo para que la Administración pública respaldara y apoyara este tipo de iniciativas”, asegura. Eso sí, Roldán advierte de que “no obstante, aún queda mucho recorrido” para alcanzar la tan ansiada inclusión real del colectivo de la discapacidad intelectual en todos los ámbitos de la sociedad, incluido el del ocio y la cultura.

De hecho, en Los Tigres no se limitan a programar talleres y actividades en sus instalaciones. “Potenciamos la inclusión en la comunidad, participando en la programación de la ciudad: Carnavales, Reyes, Pilares… Utilizamos los servicios públicos, centros cívicos, casas de juventud, museos… todos los recursos públicos y privados que abren sus puertas al público”, explica Roldán. Y es que “la inclusión significa una integración real, en la que la persona participa de manera activa en la sociedad. Y una forma de trabajarla es utilizando todos los recursos comunitarios, en igualdad de condiciones que cualquier otro ciudadano”.

Desde que nació el club, “el mayor cambio en estos 50 años ha sido el enfoque de intervención. Entonces se hacían las cosas bajo un paraguas más asistencial, con un tono más de caridad, que tiene su lado positivo, pero no es del todo inclusivo y normalizador. Por suerte, las metodologías de trabajo tienen ahora enfoques de intervención centrados en la participación de la persona, contando con su opinión”. Hoy en día, Los Tigres da servicio a 250 personas al año y cuenta con el respaldo de casi cien voluntarios.