PARTIDOS POLÍTICOS

¿Qué ha sido de Ciudadanos? : "No quedan afiliados, no queda capital político, nadie cree que sea hoy un partido útil"

El partido no cierra la puerta a presentar su candidatura en una eventual repetición electoral.

"Cuando has decidido no presentarte a las generales has pedido la eutanasia, por mucha pasta que quede en caja. ¿A quién le importan las europeas?", dice el crítico Edmundo Bal

La dirección de Ciudadanos el día que anunció que no concurriría a las elecciones del 23J.

La dirección de Ciudadanos el día que anunció que no concurriría a las elecciones del 23J. / ALEJANDRO MARTÍNEZ VÉLEZ

Elena Marín

Justo dos días después de las elecciones generales del 23J, en la calle Príncipe de Vergara 109 de Madrid se encendían las luces de la nueva sede de Ciudadanos. Se hizo así efectivo el traslado, el acto concreto que mostraba cómo un partido que llegó a tener 57 escaños se empequeñecía en una sede de una sola planta, donde apenas se ve el color naranja de la fachada que antes dominaba el edificio de cinco plantas que ocupaba en la calle de Alcalá, junto a la Plaza de las Ventas.

La cúpula orgánica del partido, encabezada por Patricia Guasp y Adrián Vázquez, decidió el pasado 30 de mayo, después de irse prácticamente a negro en las elecciones municipales y autonómicas, no concurrir a las generales. Quedaba atrás una formación con una representación de hasta diez diputados en la última legislatura que ha visto su poder reducido de forma significativa en el ámbito local. Ciudadanos está en un punto ciego en el que nadie lo ve, pero queda un resorte que se resiste a morir. "Nos hemos metido en una cueva", señalan fuentes oficiales del partido, recordando que solo están en un periodo de "hibernación". Pero quienes miran al partido desde la melancolía, se preguntan "de qué sirve un partido al que no puedes votar".

Convocatoria electoral

Vistos los resultados del 23J, en el partido naranja están satisfechos con la decisión que tomaron. "Tenemos la sensación de haber acertado, fue la decisión más coherente", relatan tanto quienes quedan en pie como los que están fuera del partido pero estuvieron de acuerdo con aquel "traumático" movimiento que provocó una fallida rebelión interna liderada por Francisco Igea y Edmundo Bal. "España está polarizada" y el partido no tiene espacio, vienen a decir distintas personas de la formación.

En la nueva sede no cierran la puerta a tomar una decisión distinta a la del 23J si la investidura resulta fallida y hay una nueva convocatoria electoral: "Esta opción no está descartada, tendremos que reunir otra vez al Comité Nacional. Dijimos que no concurríamos al 23J, nada más que eso. A partir de ahí lo valoraríamos como un nuevo escenario". A esto que dicen en privado, la portavoz de los naranjas en Cataluña, Anna Grau, le puso voz el pasado viernes, asegurando que hay "gran disposición" para hacerlo y que la formación "tiene los medios, el dinero y las ganas" para presentarse, a diferencia del camino que tomaron hace dos meses. Lo mismo ocurre con Murcia, donde perdieron a todos sus diputados y deben valorar qué hacer si se convocan nuevamente elecciones regionales.

Futuro negro

Las palabras de Grau dejan atónitos a quienes censuraron la bajada de persiana de hace dos meses y piden ya la disolución del partido. Su recorrido es "ninguno", dicen quienes ya están fuera. "Se renunció a tener presencia en los debates, que hubiese servido para dejarse ver y marcar al menos un perfil con la vista puesta en el futuro. ¿Cuánto vale eso en especie?", señala un antiguo cargo público de Ciudadanos. Esa presencia podían haberla tenido antes del 23J en los medios y espacios públicos porque tener 10 diputados en el Congreso les daba derecho a ello. Pero si hubiera una repetición electoral, tendrían que tirar de caja porque la ley ya no les ampara para tener esa visibilidad.

En la caja ahora mismo hay algo más de 4 millones de euros, según ha podido saber este medio. Al pasar de 57 escaños en 2019 a 10 en esta última legislatura, Ciudadanos dejó de ingresar 3,5 millones de subvenciones del Ministerio del Interior. Es un partido que se jacta de no haber tenido nunca una deuda con los bancos y de haber logrado financiarse con las cuotas de sus cargos públicos, las de los afiliados y las ayudas por tener representación pública. Pero los afiliados, como los cargos institucionales, también han menguado. En las primarias de enero, en las que el partido se refundó para dar la batalla del "centro liberal progresista" que poco después dejaron huérfana, se contabilizaron unos 7.000 afiliados con los pagos al día. Un miembro de la formación asegura que llegaron a tener cifras de cinco dígitos en sus mejores momentos pero que ahora están muy por debajo de lo que tenían en enero. "Las bajas se siguen sucediendo", explica a este diario un militante que se dio de baja recientemente.

Escasa actividad

Este militante esperó para ver cómo reaccionaba el partido al resultado electoral pero apunta que "ya no queda nada ni nadie". Inés Arrimadas se retiró de la vida política en su Jerez natal con su familia. Edmundo Bal ha solicitado el reingreso en la Abogacía del Estado. Begoña Villacís se incorporará en septiembre a una empresa del sector privado, lejos del ámbito jurídico en el que trabajaba antes de entrar en política. Son tres de las figuras más conocidas del partido en esta última etapa.

En el sector crítico uno de los que más levantó la voz fue Edmundo Bal, que hoy reflexiona en esta misma línea. "Ni una rueda de prensa desde julio. ¿Alguien sabe qué piensa Ciudadanos sobre cualquier asunto de actualidad?", e insiste en que el único camino es disolverse: "Cuando has decidido no presentarte a las generales has pedido la eutanasia, por mucha pasta que quede en caja. ¿A quién le importan las europeas?".

A Adrián Vázquez, secretario general del partido y cabeza visible del grupo en el Parlamento Europeo, se le acusó de querer mantener viva la estructura solo para poder presentarse a las europeas y garantizarse su futuro inmediato. Efectivamente, esta opción está sobre la mesa y en el partido creen que tienen posibiilidades en las europeas de 2024 y que puede ser el momento "para empezar a levantar la cabeza o cambiar la tendencia".

Sin renovación institucional

No obstante, la tendencia en los últimos dos meses ha sido cuesta abajo. El partido fundado en 2006 por Albert Rivera para combatir el nacionalismo catalán y dar una respuesta a los desencantados con el bipartidismo tradicional ha ido descomponiéndose desde que en 2019 rechazaron formar gobierno con Pedro Sánchez y desde entonces ha tenido una paulatina fuga de votos al Partido Popular, al PSOE e incluso a Vox.

En los comicios autonómicos y municipales del 28M, sus electores se fueron en masa a la formación de Alberto Núñez Feijóo. Ciudadanos perdió aproximadamente el 80% de sus concejales (ahora tienen 600 en toda España) y desapareció de Madrid, donde cogobernaban con el PP, y de las comunidades donde tenían algún peso. Solo resisten los 6 diputados de Cataluña, que siguen representando la resistencia del partido, José Manuel Gil en el parlamento vasco y Francisco Igea en las Cortes de Castilla y León. Aunque este último está suspendido de militancia y puede estar a un paso de ser expulsado del partido. Junto a Edmundo Bal, Borja Soto y Víctor Gómez Frías fue expedientado por criticar al partido por no presentarse a las elecciones y alentar una rebelión interna, pero el comité de garantías aún no ha resuelto estos expedientes.

El propio Igea denunció a través de su cuenta de Twitter que tres de los cinco miembros de este comité que debían instruir su caso dimitieron, y que lo hicieron porque el proceso no estaba siendo del todo limpio. Bal va más allá e incluso censura que mientras a ellos les abren expediente por mostrar públicamente sus discrepancias, entre quienes quedan en el comité hay quien "recogía avales" para otro partido sin que eso se cuestione.

"Desubicados"

"Estamos desubicados", explica alguien que formó parte de la Ejecutiva nacional y que cree que en una eventual repetición electoral Ciudadanos seguiría sin apoyo. "En su momento, tuvimos que crear la demanda (de un partido que represente el centro liberal). Ahora existe y va a volver a crecer, pero estamos dispersados y heridos". Se niega a hablar de disolución, como el sector crítico, pero en el fondo lo sugiere cuando dice que el espacio político de Ciudadanos existe pero que quizás la forma de mantenerlo vivo sea a través de un think tank o una fundación.

Es una opinión compartida en las bases del partido. "No quedan afiliados, no queda capital político, nadie cree que sea hoy un partido útil. Es una marca muerta", relata alguien que ya está fuera y representó al partido en el ámbito municipal. Su apuesta es cerrar y destinar el dinero a una entidad que defienda los derechos constitucionales o a la investigación sobre la ELA, una de las iniciativas por las que peleó Ciudadanos y que decayó con la convocatoria electoral.

En la sede, en cambio, creen que llegará el momento en que la ciudadanía "eche de menos" el espacio que representan y que será necesario un partido que "haga de árbitro entre dos bloques". ¿Es ingenuo?, se preguntan sin responderse. De momento, a finales de agosto tienen previsto retomar la actividad orgánica y convocar a la ejecutiva nacional para decidir los próximos pasos, incluido el análisis de qué hacer si hay una nueva convocatoria electoral.