Los glaciares también lloran. Lo que pasa es que desde aquí abajo no se les escucha o no se les quiere escuchar. Ayer se acercaron un momento hasta la Expo de Zaragoza a través del proyecto Overtures para emitir los sonidos de su agonía y mostrar, a todo el que quisiera, los impactos del cambio climático. Se trata de una iniciativa impulsada por el foro de arte alemán artcircolo que, a lo largo de los dos últimos años, ha ido instalando una serie de micrófonos en distintos glaciares del planeta para que cualquier persona pueda llamar a través del móvil y escuchar cómo se van derritiendo.

"Esta obra pretende mostrar la muerte de los glaciares como uno de los símbolos de la dramática transformación del planeta por los efectos del cambio climático. Pensamos que el arte puede jugar un papel muy importante en los problemas del medio ambiente porque es capaz de llegar a más público", explicó ayer la responsable del foro artístico, Serafine Lindemann. Concretamente, ayer desde el pabellón de la Tribuna del Agua de la Expo se contactó en directo con el glaciar Vernagtferner, en el valle austríaco de Ötz. Algo que la obra, desarrollada por el artista de sonido Kalle Laar, permite hacer siempre que se desee llamando al teléfono +4989 3791 4058.

Ahora, los responsables de Overtures quieren instalar uno de sus micrófonos en el glaciar del Aneto, que, según denuncia Greenpeace, en la última década ha multiplicado por cuatro su velocidad de retroceso. Lo harán a finales de este año con el claro propósito de "concienciar" a la opinión pública sobre los "terribles" efectos colaterales del cambio climático. "Cuando se instale, los aragoneses podrán escuchar en tiempo real cómo va fluyendo el agua o los eventuales crujidos", indicó Lindemann.

Tras explicar la obra, los responsables del foro proyectaron un vídeo de la expedición que han realizado a lo largo de los dos últimos años y que les ha llevado por Islandia, los Alpes y Turquía. "Hemos querido dar por finalizada esta ruta en Zaragoza aprovechando la Expo porque creemos que puede ser una herramienta muy útil para luchar contra los problemas que afectan el medio ambiente", subrayó Lindemann.

EL PASADO DE RANILLAS

Además de la mencionada obra, titulada Llamando al glaciar, los responsables de Overtures también presentaron en el Ágora de la Tribuna del Agua la creación Former Farmland (Campo anterior), de la artista holandesa Wapke Feenstra, quien ha querido sumergirse en el pasado del recinto de Ranillas. A través de esta propuesta, Feenstra pretende recuperar la historia de seis árboles que han resistido a las obras de la Expo y que le contaron los agricultores que antes cultivaban las tierras del meandro. En esta obra, el móvil también juega un papel principal. "Consiste en mandar un mensaje con la foto de unos de estos árboles y al poco te llega un sms en el que los campesinos cuentan sus recuerdos en un vídeo", explicó Lindemann.

Luis Ángel Bernad, uno de los antiguos pobladores del meandro acudió ayer a la presentación del proyecto. "Ha sido emotivo recordar las historias porque mi padre trabajó esas tierras toda su vida", explicó. Eso sí, lamentó que de los 30 árboles que había en su parcela solo se han mantenido seis: "No sé qué han hecho con los demás, pero los podrían haber mantenido". Pues también.