La emoción de este día se transmite de padres a hijos. Patricia Medrano lleva años viniendo, antes en un grupo y ahora junto con su hijo y sus nietos: «Al pequeño cuando tenía dos meses ya le hice el primer traje», explicó. Pese a sus años de experiencia como oferente, reconoce que se emociona cuando llega el día. «Es nuestra Virgen, lo vivo como el primer día», concluyó.