«He venido para que bailéis todos hasta el suelo». Con ese propósito aterrizó Bad Gyal en Zaragoza. Y en apenas una hora de reloj, lo que duró su espectáculo, lo consiguió con creces.

Con un conjunto dorado y plateado, unas gafas enormes de sol negras y el twerking por bandera se presentó la artista catalana en el escenario del Espacio Zity. Su sola presencia ya hizo que el público, adolescente en su gran mayoría, ya se viniera abajo. Desde mismo instante, y con un ritmo frenético y sin apenas descanso entre canción y canción comenzó una fiesta no apta para pudorosos.

El autotune y el playback fueron los protagonistas del concierto, aunque a ninguno de los presentes le molestó, ya sabían a lo que venían.

Un nuevo concepto de actuación especial marcada por las letras extravagantes, llenas de contenido sexual y con bailes que poco dejan a la imaginación que hizo las delicias de una juventud entregada. A pesar de su corta carrera, el concierto fue una retahíla de grandes éxitos de una de las artistas del momento. Sin tiempo casi para el descanso, temas como 'Zorra', 'Santamaría', 'Alocao' o 'Nueva York' fueron sonando mientras los presentes enloquecían con cada sugerente movimiento de Bad Gyal, que finalizó su concierto con la canción que le encumbró al estrellato, 'Fiebre', para acabar de subir la temperatura, aunque no hacía ya falta y cerrar un concierto que volvió a demostrar que la catalana es el prototipo perfecto de las nuevas divas del mundo de la música.