ESPECTÁCULOS FUERA DE FOCO

El teatro toma las calles de Zaragoza

Decenas de artistas callejeros amenizan las fiestas en el centro de la capital aragonesa

‘Turistreando’ conquistó a su público gracias a su divertida propuesta.

‘Turistreando’ conquistó a su público gracias a su divertida propuesta. / JONATAN BERNAD

Sergio H. Valgañón

Sergio H. Valgañón

Las Fiestas del Pilar no son solo la Ofrenda, los grandes escenarios y la inagotable programación oficial. Fuera de esas páginas, el centro de Zaragoza se llena de música, colores y aplausos gracias a las decenas de artistas callejeros que llegan hasta la ciudad con nuevas propuestas culturales.

Llegados desde Barcelona, Fusión Callejera plantó sus altavoces a mitad del paseo de la Independencia al comienzo de las fiestas y no los quitará hasta hoy por la noche. «Venimos al Pilar desde hace muchos años», señala Toto, líder de la banda, que celebra la buena respuesta del público porque «vivimos de esto y siempre suele salir rentable, a veces más, a veces menos». Su propuesta mezcla capoeira, saltos mortales, break dance y algo de humor gracias a la constante interacción con su público.

Solo unos porches más arriba se encuentran Aram y Florencia, que se estrenan en las Fiestas del Pilar. Por primera vez en su carrera artística, decidieron abandonar Gerona por una semana y conocer Zaragoza en plenas fiestas. Ambos, que mezclan la canción, los malabares y los juegos de circo, están contentos por la acogida de la ciudad y agradecen la existencia de los permisos: «Tenemos un sitio fijo para toda la semana y no estamos pendiente de ver si cumplimos o no las normas». Aram valora su semana como un tiempo «en el que no te haces de oro pero en el que si trabajas siempre sacas algo».

Como aspectos negativos, los tres artistas venidos de tierras catalanas coinciden en que la inflación ha hecho que sus márgenes sean menores. «El mismo piso que hemos alquilado siempre nos ha costado un 30% más», cuenta Toto. Aram y Florencia prefirieron «pasar las noches en nuestra furgoneta» y proponen alguna solución: «Sería interesante que se habilitase un camping o un espacio para poder alojarnos estos días».

El otro problema que ven para desarrollar su trabajo es la mezcla de ruidos y sonidos: «Algunos grupos impiden que se oigan a los artistas con medios más pequeños». Los dos abogan por regular los horarios de las actuaciones o limitar los volúmenes.

Algo más lejos del centro de la ciudad, a las orillas del Ebro, el Quiosco Q4 del paseo Echegaray y Caballero también ha cerrado este sábado su atractiva programación con la obra Turistreando, de la compañía vasca Trapu Zaharra. Una curiosa función en la que se propone una novedosa forma de viajar: hacerlo gracias a unas gafas de realidad virtual.

Los espectadores, que superaron el aforo apoyándose en los bancos y en los árboles del parque, disfrutaron de este peculiar argumento y viajaron con sus protagonistas. Como ellos, ninguno se movió del asiento.

La banda sonora

Todo teatro necesita de un complemento musical que eleve a la obra hasta el infinito. Mientras algunos compañeros de oficio entretienen con sus chistes y tramas al público, pocos metros más allá, otros grupos apuestan por la música como transmisor de emociones.

Es el caso, por ejemplo, de Samba Da Praça que lleva «20 años actuando para el Pilar» con su espectáculo de percusión», tal y como recuerda Irene Benito. «Zaragoza tiene mucha costumbre de dar una vuelta por el centro y acercarse a conocer a los artistas», resume.

Una sensación que comparte Dani Salazar, de Mariachis El Rey, que valora positivamente las fiestas «porque dan a conocer a los artistas de la ciudad». Para Salazar y su pequeña agrupación sí que es rentable hacer este tipo de actuaciones, que en la banda consideran «un regalo para toda la ciudad». 

Suscríbete para seguir leyendo