Miguel Ríos: "Le estoy muy agradecido al público de Zaragoza"

El cantautor actúa este sábado en el pabellón Príncipe Felipe a las 21:00 horas

Miguel Ríos actuará mañana en el Pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza

Miguel Ríos actuará mañana en el Pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza / Pepe Torres/EFE

Va a hacer un alto en Zaragoza con su gira 40 Aniversario Rock & Ríos, ¿qué supone permanecer en la música durante tantos años? 

Zaragoza es tierra de promisión para mí. Aquí, gracias a la generosidad y visión del alcalde Ramón Sainz de Varanda, pude empezar la gira más grande de la historia del rock patrio, en La Romareda. Estoy en este oficio porque es el único para el que estoy formado, el que me apasiona y porque, después de 6o años en la carretera no sé a qué me podría dedicar que me diera más placer que el rock and roll. Por supuesto, eso exige sacrificios y entrenamiento, pero sarna con gusto no pica.  

Después de tanto tiempo ¿es necesario adaptarse constantemente o es preferible mantenerse fiel al estilo propio?

Mi patrón de comportamiento escénico es el mismo que me empujó, a los 16 años, a abrazar una cultura de la que desconocía sus fundamentos, pero que captó cuando en la tienda de discos donde trabajaba, escuché el Hound Dog de Elvis Presley. Supongo que fue algo parecido a la caída del caballo de Saulo de Tarso camino de Damasco, un cambio de vida. Yo no sabía lo que Elvis decía en esa canción, pero sé que me lo decía a mí. Y me alisté, hasta ahora, en la música que cambió el siglo XX.

¿Nota alguna diferencia del público de ahora con el público de hace 40 años?

En esta celebración del Rock&Ríos, el público que ya asistió hace cuatro décadas, sigue viniendo en un número bastante notable. También hay gente que se enganchó al fenómeno sociológico del año 82, cuando este disco se convirtió en la banda sonora de un tiempo y de un país. Pero entonces y ahora ha sido una música intergeneracional, de alto grado emocional.

¿Y el rock en sí? Se llama de la misma forma, pero, ¿ha cambiado desde entonces?

Claro que ha cambiado. Y aunque sociológicamente el rock tiene un sitio en la historia de la humanidad por haber posicionado a la juventud de los sesenta como una nueva clase social, algo que nunca había sucedido, también puede estar, y de hecho se estudia, como una materia clásica. Pero que sigue su metamorfosis, por eso cambia y pervive.

En giras de este tipo es fácil ponerse nostálgico. ¿Se recrea en el pasado o intenta no pensar mucho en ello?

El público puede ponerse como quiera, habrá gente que venga por diferentes motivos, pero nosotros, los músicos tenemos formas de, tocando lo mismo, hacerlo diferente. No es una pieza donde nada, excepto el mensaje, sea inalterable. Si me hubiera quedado enganchado a la brocha del pasado no habría escalera que me sustentara. Rock&Ríos, por desgracia, tiene canciones de plena actualidad, no porque fuera adelantado a mi tiempo, sino porque los problemas se eternizan y el mundo se empecina en repetir las mismas barbaridades.

Zaragoza ha sido una de las ciudades escogidas para esta gira, ¿qué tiene el público zaragozano que consigue hacerle volver?

Esta tierra me ha dado mucho. No solo por haber empezado la gira de El rock de una noche de verano con todas las facilidades que me dio su alcalde, sino porque la he visitado en todas mis giras y en todos sus locales con bastante éxito. No sé que peculiaridad tiene el público de aquí, pero yo le estoy muy agradecido.

Se ha hablado de alguna que otra sorpresa durante los conciertos, ¿con qué novedades cuentan estos directos con respecto a otras giras?

En esta gira una de las cosas que me están gustando más es compartir escenario con músicos y bandas con una fuerte implantación local. Gente muy muy joven y llena de ideas que cantan conmigo canciones que están escritas antes de que ellos nacieran. Me encanta celebrar que, a pesar de que la música es como las demás artes en esta sociedad del mercado de usar y tirar, los músicos se aferren a esa idea romántica de vivir del arte. 

Aunque ahora mismo se encuentre en medio de la gira, ¿qué ocurrirá cuando acabe? ¿Tiene algo planeado ya?

Terminamos el día 16 de noviembre en La Coruña. Después, tendré que recuperarme de las palizas maratonianas de recrear el concierto que hacía con 38 años. Pero tengo una muy bonita tarea pendiente, voy a ayudar a que salga adelante la Fundación Miguel Ríos por la Solidaridad y el Rock, allí en el sur, en mi tierra.