El exjugador del Real Zaragoza, Raphael Dwamena, ha sido trasladado a un hospital después de desvanecerse cuando estaba en el banquillo durante el partido de Copa que disputaba su equipo, el Blau-Weiss Linz austriaco contra el Hartberg. El ghanés, que sufre problemas de corazón que le obligan a jugar con un desfibrilador, recuperó el conocimiento tras ser atendido de inmediato por los servicios médicos presentes en el estadio. Su estado, según el gerente del club, Stefan Reiter, es "estable" aunque se le están realizando diversas pruebas.

El delantero, de 26 años, "se agarró el pecho y se desplomó en el banquillo", según 'Sky Sport Austria. De forma inmediata, varios doctores acudieron al banquillo donde se encontraba el futbolista y el partido se suspendió, mientras sus compañeros se reunían en un corro para evitar que trascendieran imágenes.

Dwamena, que apenas jugó en el equipo aragonés debido a una dolencia cardiaca que le hizo apartarse durante muchos meses de la práctica deportiva, ya sufrió, hace menos de un año, un episodio similar en el Velje danés, en el que había recalado tras salir del Zaragoza, club al que había sido cedido por el Levante.

Durante su estancia en el Zaragoza, tuvo que parar, hace ahora dos años, por el riesgo a sufrir un infarto y pese a que los médicos le aconsejaron que colgara las botas, quiso seguir en activo jugando con un desfibrilador, que, según su club, pudo salvarle la vida. "El desfibrilador se activó y los médicos pudieron estabilizarlo rápidamente", indicó su gerente.

En una entrevista a 'El Periódico de Aragón' concedida el año pasado, el ghanés afirmaba que nunca perdió la fe y que además está convencido de que no volverá a tener contratiempos, precisamente por su fe en Dios: «Sabía que volvería a jugar porque Dios siempre es fiel y siempre está conmigo. Creo que Dios es quien cuida de mi corazón. Puedo tener síntomas de problemas cardiacos u otras cosas, pero nunca tengo miedo. Dios está conmigo». Ahora vuelve a disfrutar del fútbol: «Tras tanto tiempo sin hacerlo, el jugar de nuevo a nivel profesional es una gran sensación. Sé que jugaré al fútbol siempre que pueda hacerlo y repito que no estoy asustado. El Vejle BK me ha dado la oportunidad de jugar otra vez y lo estoy disfrutando mucho. Me encantaría jugar al fútbol durante mucho tiempo más, pero Dios es quien decide, no yo. Mientras él me dé vida y fuerza, jugaré para glorificarlo», decía.