El Periódico de Aragón

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La 16ª jornada de Segunda

Cuesta abajo y sin frenos

El Real Zaragoza volvió a dejar escapar por tercera vez un partido en el que jugó con uno más. Más de 24 disparos, nueve a puerta, no bastaron para ganar al Málaga, que solo tuvo dos

Lluís López lamentándose tras fallar una ocasión JAIME GALINDO

El Zaragoza no sabe lo que es ganar a equipos en inferioridad numérica. Para algunos pudiera parecer una maldición, pero la realidad es que el conjunto blanquillo no ha podido ganar a ninguno de los tres rivales a los que se ha enfrentado con más jugadores, ya sea por juego, por mala fortuna, errores puntuales o como se quiera llamar. Ante el Eibar se empató a 0 a pesar de que el conjunto vasco contó solo con 10 efectivos a partir del minuto 40 y 9 tras el 77. Contra el Alavés los de Carcedo estuvieron con un jugador más desde el 36 y el partido acabó perdido. Finalmente, en el choque de este sábado ante el Málaga, la historia se volvió a repetir y en el 13, Javi Jiménez fue expulsado.

El conjunto blanquillo se encontró con un escenario idílico, pues contaba con alrededor de 80 minutos para competir contra el colista con un efectivo más. Era la ocasión perfecta para jugar bien, con espacios y demostrar que el cambio de entrenador y llegada de Fran Escribá tenía un efecto real en juego y en resultados, especialmente tras la debacle ante el Diocesano en la Copa.

El Zaragoza lo intentó, con más corazón que cabeza y con hasta 24 tiros totales a la meta de Rubén Yáñez, que fue sobradamente el mejor del partido. Para colmo, ocurrió lo impensable en el minuto 80. Haitam Abaida se marchó en velocidad para tras irse de Fuentes, disparar al palo largo de Ratón un tiro cruzado con el interior, que deja la duda de si el meta zaragozano pudo hacer más. El mazazo fue importante y La Romareda enmudeció. Para muchos era una broma de mal gusto o simplemente la misma historia de siempre. Y es que para el público zaragozano era el tercer partido que no ganaban con uno más en el campo. Atentaba contra toda lógica futbolística, excepto si eres el Real Zaragoza. Pocos lo esperaban, pero tras catorce córners y ocho tiros a puerta, llegó el gol local, obra de Giuliano que tras una volea hizo en el 88 la igualada, que sirvió para comenzar a creer que superar la línea de gol era posible. Aun así, las casualidades solo ocurren una vez por encuentro y el gol solamente llegó a La Romareda en esa.

Aun con todo, el problema del Real Zaragoza parece más que evidente: falta definición y velocidad en el juego. Es un equipo que hoy por hoy no sorprende a nadie. Quizá para ello el club deba traer nuevas caras en invierno, pero por el momento lo único seguro es que el técnico valenciano tiene que mejorar la definición en los suyos. Cuatro partidos seguidos llevaba el Real Zaragoza sin marcar, tres ligueros y uno de Copa del Rey. La estadística asusta, pues el fútbol son goles y buena defensa y el Zaragoza deja dudas en las dos áreas. Tanto en el ataque con un Giuliano omnipresente que no puede hacer todo, como en defensa con Cristian lesionado, un Ratón que no convence bajo los palos y con los laterales Fuentes y Gámez que están dejando ver que van muy justos tanto defensiva como ofensivamente.

No obstante, la buena noticia es que el conjunto blanquillo genera ocasiones, aunque no las transforme. Los pases interiores con velocidad, los balones a la espalda y los centros que sí que eran buenos y tensos creaban muchos problemas al Málaga y a Yáñez, que estuvo inmenso. Lo que no debe hacer el equipo de Escribá es ser previsible atacando en estático, pues marcar gol se basa muchas veces en sorprender al rival. Aun con todo, lo principal para el Real Zaragoza debería ser encontrar qué falla, por qué y darle la vuelta cuento antes, pues en un encuentro contra el colista con uno más, debería ser sinónimo siempre de ganar.

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