EL PRESIDENTE saliente del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, el rumano Doru Romulus Costea, defendió ayer su decisión de prohibir en este órgano las críticas directas a la sharia (ley islámica) y las fatuas (edictos religiosos musulmanes de obligado cumplimiento). "Las personas presentes en la sala no son expertos en religión", declaró.