El presidente francés, Nicolas Sarkozy, viajó ayer a Israel para recrearse en la luna de miel que atraviesan ambos estados desde que el sucesor de Jacques Chirac puso el pie en el palacio del Elíseo. Acompañado por su esposa, Carla Bruni, y recibido en el aeropuerto de Ben Gurion por su homólogo, Shimon Peres, y el primer ministro israelí, Ehud Olmert, Sarkozy declaró que la creación de un Estado palestino es "indispensable" para garantizar la seguridad de Israel. Su visita coincide con el cuarto día de tregua en Gaza y con los primeros pasos dados por el Estado judío para relajar su cruento bloqueo sobre la franja.

La visita del mandatario se asemeja en pompa y formas a la realizada en marzo por la cancillera alemana, Angela Merkel. Sarkozy viene acompañado por siete de sus ministros, 80 empresarios franceses, 40 representantes de la populosa comunidad judía gala y un centenar de periodistas. "Siempre he sido y siempre seré amigo de Israel", dijo durante la ceremonia de bienvenida, para recalcar su estima hacia el Estado judío, cuya fundación, hace 60 años, definió recientemente como "uno de los acontecimientos más significativos del siglo XX". Pero si Merkel pasó de largo por los territorios palestinos, Sarkozy, en cambió, tiene previsto reunirse con el presidente Mahmud Abbás en Belén y con un grupo de intelectuales palestinos en el consulado francés del sector árabe de Jerusalén. Sus primeras palabras en Israel las dedicó a las negociaciones de paz en curso, torpedeadas por la continua expansión de los asentamientos judíos. En marzo Sarkozy --nieto de un judío-- pidió a Israel que les pusiera freno. "El camino a la paz no está bloqueado --dijo ayer--. Es posible un acuerdo mañana mismo, un acuerdo que permitiría a ambos pueblos vivir en paz y seguridad". Para Israel, su visita no solo es importante económica y simbólicamente. Con su apoyo en el contencioso nuclear iraní, Israel desea ahora, según la prensa hebrea, que Francia ralentice su acercamiento a Siria.

RECONCILIACIÓN Y es que después de que Damasco desbloqueara la reconciliación en el Líbano, Francia suavizó su aislamiento al régimen de Bashar al Asad, a pesar de su alianza con Teherán y de su apoyo a las milicias palestinas.

Dos asesores de Sarkozy viajaron a la capital siria y el mismo presidente habló por teléfono con Asad. Días más tarde le invitó a participar en la próxima cumbre Euromediterránea de París.