Por más que rastreen los periodistas que desde ayer peinan en tropel el pequeño pueblo de Newtown (Connecticut), escenario de la matanza más horrenda que seguramente ha vivido EEUU en su historia reciente, será difícil que encuentren alguna explicación cabal al desvarío que conduce a alguien a matar a una veintena de niños inocentes. Adam Lanza, el asesino de 20 años, era una persona tímida y poco sociable que vivía con su madre y, según algunas fuentes, podría haber padecido el síndrome de Asperger, un trastorno autista. Otras versiones apuntan a que era un tipo "profundamente trastornado" y con problemas mentales.

La familia Lanza era una familia con dinero, si no rica, al menos de clase media-alta. El padre, Peter, es un alto ejecutivo de General Eléctric y, la madre, Nancy, trabajaba de profesora en el colegio de primaria Sandy Hook. Adam vivía con ella y lo primero que hizo fue matarla en su casa, antes de coger su coche para dirigirse a la escuela de primaria y acabar con muchos de sus alumnos y sus compañeros.

Los padres se separaron hace una década, oficializando su divorcio en el 2009, cuando Adam tenía 17 años. Tanto para él como para su hermano Ryan, de 24 años, la separación fue cuanto menos traumática. "Los niños parecían realmente deprimidos", ha dicho un vecino al 'Washington Post', añadiendo que Adam sufría crisis nerviosas de vez en cuando.

Una mezcla de inteligencia y soledad

Quienes lo conocían, lo describen como un chaval retraído y esquivo. Esa clasa de gente que se pone nerviosa al hablar delante de varias personas, aunque sea durante una conversación informal. "Adam Lanza ha sido un chaval raro desde que tenía cinco años", escribió en Twitter uno de sus vecinos, Tim Dalton. "Por horrible que pueda sonar, no puedo decir que me sorprenda. Arde en el infierno, Adam".

Era un solitario, sin página en Facebook y, aparentemente también, muy inteligente. Uno de sus allegados ha asegurado que se graduó del instituto tres años antes de lo que le hubiera correspondido. De ser así, esa mezcla de inteligencia y soledad, le acercaría a James Holmes, el asesino de Aurora (Colorado), un estudiante de Medicina que mató a 12 personas en julio durante el estreno de Batman.

La reacción del padre y del hermano

Su hermano Ryan Lanza hace algún tiempo que había volado del nido familiar. Después de interrogarlo, la policía ha llegado a la conclusión de que no tuvo nada que ver con lo que sucedió en Sandy Hook. También es un joven tímido, pero sus compañeros de trabajo lo han descrito como una persona agradable, dulce y trabajador. Según el 'Wall Street Journal', Ryan trabaja para el gigante de auditorías financieras Ernest & Young.

Tampoco el padre, Peter, sabía lo que rondaba por la cabeza de su hijo. De hecho, se enteró de la matanza de boca de una periodista que le esperaba a las puertas de su casa en Stamford (Connecticut), a unos 70 kilómetros de Newtown. "Su expresión pasó de paciente, a sorprendido, a horrorizado", ha escrito en 'Slate', Maggie Gordon.