Cumbre

Mercosur-UE: historia de un desencuentro

La esperada ratificación del acuerdo de libre comercio entre el bloque sudamericano y los Veintisiete parece quedarse otra vez en el camino en medio de reproches cruzados

El presidente de Argentina, Alberto Fernández, saluda a su homólogo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, durante la cumbre del Mercosur, este martes en Puerto Iguazú (Argentina).

El presidente de Argentina, Alberto Fernández, saluda a su homólogo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, durante la cumbre del Mercosur, este martes en Puerto Iguazú (Argentina). / EFE

Abel Gilbert

La cumbre del Mercosur se celebra este miércoles y hasta el jueves en Río de Janeiro y flota en el aire de la ciudad maravillosa el perfume del revés político. La esperada ratificación del acuerdo de libre comercio entre el bloque sudamericano y la UE parece quedar otra vez en el camino en medio de reproches cruzados entre las partes negociadoras. Los esfuerzos de los presidentes de Brasil y España, Luiz Inacio Lula da Silva y Pedro Sánchez, y de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, no alcanzaron para evitar el nuevo traspié. 

1. De la rivalidad a la unión aduanera

Durante décadas, Argentina y Brasil mantuvieron una fuerte rivalidad regional. Al inicio de la transición democrática de los años 80, los presidentes Raúl Alfonsín y José Sarney sentaron las bases un acercamiento estratégico con la Declaración de Foz de Iguazú, el 30 de noviembre de 1985. El movimiento inmediato fue sumar a Uruguay y Paraguay a una estructura de integración común. El Tratado de Asunción, del 7 de marzo de 1991, es considerado el acta de nacimiento del Mercado Común del Sur (Mercosur). Se necesitaron otros cuatro años para establecer un arancel externo común, materializado en el Protocolo de Ouro Preto. En 1999 comenzó a regir la unión aduanera. El Mercosur intentó durante el presente siglo extender sus fronteras. De un lado, incorporando la figura de país asociado (Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam). Por el otro, incorporando nuevos miembros. Venezuela fue declarado socio con pleno derecho, pero fue suspendida en 2017 debido a los problemas políticos internos. El pasado 28 de noviembre se decidió la incorporación de Bolivia como miembro pleno del bloque. De ser un intento de complementación productiva, el Mercosur ha permitido la libre circulación de los ciudadanos de los países que lo integran. Se ha creado además un órgano deliberativo, el Parlasur.

2. Potencialidad del bloque

El PIB del Mercosur representa el 82,3 % del total de Sudamérica. El bloque, donde viven 275 millones de habitantes, se extiende a lo largo y ancho de un territorio de casi 13 000 000 de kilómetros cuadrados. Se trata del cuarto proyecto integracionista a nivel mundial. Desde hace años, sin embargo, arrastra una serie de problemas estructurales que limitan su proyección global. A finales de los años 90 del siglo pasado, el comercio entre los integrantes del Mercosur era del 22,4%Con los años se redujo al 10,5%. Los especialistas consideran que la unión aduanera ha resultado más imperfecta de lo contemplado y un motivo de insatisfacción de los países más pequeños, que buscan alternativas sin la anuencia de Brasil y Argentina. La CEPAL contempla mayores dificultades debido a la creciente especialización primaria de los países miembros, una pérdida de competitividad, las ventas a la Alianza del Pacífico, la Unión Europea y, además, el creciente peso de China en la región.

3. El acuerdo con la UE

El acuerdo entre la UE y el Mercosur fue sellado en 2019, tras dos décadas de complejas negociaciones. Pero, de inmediato, se puso entre paréntesis. "Es un acuerdo que se negoció hace 20 años, pero está mal hecho", ha dicho en reiteradas ocasiones Emmanuel Macron. El presidente francés lamentó que no tomara "en cuenta la biodiversidad y el clima", lo cual convierte el pacto entre bloques en un texto "mal remendado que desmantela los aranceles". La Comisión Europea propuso incluir un anexo al acuerdo suscrito hace cuatro años en el que contemplaba sanciones sobre aquellos productos procedentes de áreas deforestadas. Lula lo rechazó tajantemente. Argentina también. Los dos países líderes del Mercosur estimaron que no se contemplaban las asimetrías y velocidades para alcanzar los objetivos que se propone Europa con el Pacto Verde y la neutralidad en carbono en 2050. Siempre se dejó abierta una ventana para las negociaciones. Las exportaciones de la UE al Mercosur ocupan el sexto lugar a nivel mundial, apenas el 2,5% de los envíos. No obstante, el acuerdo representaría una buena oportunidad para su empresa. El Mercosur puede ser, por su parte, un potencial abastecedor de energía, además de alimentos, en medio de la crisis global derivada de la invasión rusa a Ucrania. En junio pasado, Von der Leyen estuvo en Brasilia y Buenos Aires, con el propósito de acercar posiciones y propuso inversiones por 45.000 millones de euros. Durante la reciente reunión de jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea y la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (Celac) en Bruselas se redoblaron los esfuerzos para salir del laberinto. Las diferentes preocupaciones que prevalecen en ambas regiones volvieron a salir a luz.

4. Los desencuentros

Los intentos por evitar un nuevo empantanamiento fueron intensos en las últimas semanas. El canciller alemán Olaf Scholz instó a todas las partes a "ser tan pragmático y tan dispuesto como sea posible para alcanzar un compromiso". Scholz hizo el llamamiento en Berlín, nada menos que al lado de Lula. "Lograr ese histórico paso, bueno para ambas regiones, permitirá reforzar proyectos estratégicos en energías renovables, hidrógeno verde, lucha contra la deforestación o transición digital", remarcó Sánchez, por su parte. El presidente saliente de Argentina, Alberto Fernández, no expresó la disposición de acompañar ese gesto político. "No están dadas las condiciones para firmar el acuerdo", dijo su ministro de Asuntos Exteriores, Santiago Cafiero, y dejó la responsabilidad al Gobierno entrante.  "Es un acuerdo que no es bueno para nadie", insistió Macron en el marco de la COP 28 que se celebra Dubai. Von der Leyen comenzó a dudar sobre la pertinencia de viajar a Río de Janeiro. "No voy a rendirme hasta hablar con todos los presidentes y escuchar el no de todos", dijo Lula días atrás. El mandatario brasileño reveló haberle pedido a Macron que "abriera el corazón" y pensara que los países de América del Sur y el Mercosur son "países pobres, países pequeños". Sin embargo, su colega francés "no pensó", añadió Lula. "Lo único que tiene que quedar claro es que no digan más que es por culpa de Brasil o por culpa de América del Sur". Según el diario paulista Folha, las negociaciones a último momento entre las partes buscaban sacar la palabra “fracaso” del lenguaje de los participantes para destacar que se persistirá en superar los reveses.

La presidencia pro-témpore de la Unión Europea quedará en manos de Bélgica durante el primer semestre del 2024. El Mercosur será encabezado por Paraguay. Su flamante presidente, Santiago Peña reconoció que se enfocará en "otros mercados".