Conflicto en Oriente Próximo

El bombardeo sobre Gaza no cesa, mientras Jerusalén se prepara para una marcha ultra

La ofensiva del ejército de Israel ha matado a al menos 17.177 palestinos, según Hamás

Una unidad de artillería dispara contra objetivos en la Franja de Gaza.

Una unidad de artillería dispara contra objetivos en la Franja de Gaza. / EFE

Andrea López-Tomàs

Los israelíes celebran la primera noche de Janucá de distintas maneras a lo largo y ancho de su territorio. En Tel Aviv, centenares de personas se concentran para encender 138 velas en el Festival de las Luces judío. Una por cada persona aún cautiva en la Franja de Gaza. En Jerusalén, las masas de la ultraderecha se organizan para marchar por el barrio musulmán de la Ciudad Vieja. Bajo estricto control policial, piden el restablecimiento del "control judío" sobre el Monte del Templo, el lugar más sagrado del judaísmo, o la Explanada de las Mezquitas, el tercero del islam. En el corazón de Gaza, las tropas israelíes se reunirán alrededor de la menorá, el candelabro judío de siete brazos, que mide 13 metros y ha sido instalado en la ciudad homónima del enclave palestino. Mientras, la mayoría de soldados no descansan, porque los bombardeos sobre Gaza no cesan, matando a su paso a decenas de palestinos. Aquellos que quedan vivos son expulsados hasta la frontera con Egipto, aplanando el terreno para las celebraciones judías.  

Desde el norte hasta el sur, pasando con especial hincapié sobre aquellos lugares que Israel tacha de seguros, los bombardeos alcanzan cada rincón de la Franja. La más feroz de las agresiones israelíes, que este jueves cumple dos meses, ya ha matado a al menos 17.177 palestinos, de acuerdo al Ministerio de Salud de Gaza. Muchos han muerto este jueves en bombardeos sobre edificios residenciales en la ciudad de Gaza. También ha anunciado que hay unos 46.000 heridos que están siendo tratados en hospitales disfuncionales y bajo constante asedio. Varias imágenes muestran que las tropas israelíes han detenido a docenas de palestinos en el norte del enclave, despojándoles de sus ropas y dejándoles solo con sus calzoncillos y un pedazo de tela inmovilizando sus manos y otro cubriendo sus ojos. El Ejército alega que son milicianos de Hamás que se han rendido, pero varias fuentes señalan que eran hombres buscando refugio en una escuela de Naciones Unidas.  

Egipto no quiere a los gazatíes

Además, los ataques desde el sur del Líbano se han cobrado una víctima civil en el lado israelí. Si la milicia libanesa Hizbulá inicia una guerra total contra Israel, “entonces, por sí solo, convertirá a Beirut y el sur del Líbano, no lejos de aquí, en la ciudad de Gaza y en Jan Yunis”, ha dicho el primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, en un encuentro con reservistas. Por su parte, Diaa Rashma, jefe del Servicio de Información Estatal de Egipto, ha dicho al diario 'Haaretz' que su país nunca permitiría que se vaciara la Franja de Gaza de sus residentes mientras la campaña militar de Israel los empuja hacia el sur, hacia la frontera con la península egipcia del Sinaí. Egipto cree que las operaciones de Israel en la Cisjordania ocupada tienen como objetivo obligar a los palestinos a trasladarse a Jordania, ha afirmado.

Pero la realidad sobre el terreno se aleja de los horizontes utópicos dibujados por diplomáticos y mandatarios. En el sur de Gaza, se concentran decenas de miles de personas sin un lugar al que volver. En todo el enclave, las imágenes de desesperación, hambruna y desolación se repiten. La poca ayuda humanitaria que sigue entrando en el enclave resulta insuficiente para alimentar a una población que hace dos meses que se le quitó el alimento. Centenares de personas se han concentrado en los puntos de distribución de ayuda, mientras los precios de los alimentos se disparan. El kilo de harina, por ejemplo, roza los 150 dólares. Desde los cielos, también siguen cayendo panfletos con órdenes de evacuación para que la población se desplace más hacia el sur, a la vez que las tropas israelíes continúan con sus operaciones terrestres.  

Israel acusa a Guterres de ser "una amenaza para la paz mundial"

Paralelamente, el Estado judío sigue elevando el tono contra el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres. Desde que el portugués afirmara que el multitudinario ataque de Hamás "no sucedió en el vacío", sino que llegó tras "56 años de ocupación asfixiante", Israel ha pedido su dimisión. Pero esta semana ha ido un paso más allá. Su ministro de Exteriores dijo el miércoles que Guterres es "una amenaza para la paz mundial" y le acusó de respaldar "el secuestro de niños y la violación de mujeres" por su insistencia en promover un alto el fuego en Gaza. Horas antes Guterres había invocado el artículo 99 de la Carta de Naciones Unidas para tratar de forzar un alto el fuego en el Consejo de Seguridad ante el "rápido deterioro" de la situación y la "magnitud de la pérdida de vidas humanas".