Los pueblos de Ejea viven con alegría sus días grandes

Agosto es sinónimo de fiestas en muchos lugares de Aragón. Un buen ejemplo es el municipio de Ejea de los Caballeros y, cómo no, sus pueblos. Después de un ajetreado mes de julio con celebraciones en Valareña, Santa Anastasia y El Sabinar, en agosto han tomado el testigo los pueblos de El Bayo, Bardenas, Farasdués y Rivas. A la localidad de Pinsoro le tocará esperar hasta el mes de septiembre para comenzar sus festejos por San Mateo.

Del día 2 al 6 de agosto celebraron sus fiestas patronales El Bayo, en honor a San Rafael, y Bardenas, en honor a San Francisco de Asís. Seguidamente llegó la celebración a Farasdués, del 10 al 15 de agosto, por San Antonio de Padua. Los vecinos y vecinas de la localidad de Rivas ha sido la última en festejar sus fiestas patronales este mes, en honor a la Virgen de los Ángeles, del día 16 al 20 de agosto. Estos cuatro pueblos de Ejea de los Caballeros han disfrutado de una amplia oferta de ocio con actos pensados para el disfrute de los distintos públicos.

Como todos los años, las fiestas de los pueblos ejeanos comenzaron con el tradicional chupinazo, que puso a punto a todos los vecinos para empezar con la celebración. En Farasdués, los encargados de dar la bienvenida a sus fiestas fueron los miembros del coro; no sin antes haber puesto el pañuelo a las nuevas generaciones nacidas en la localidad. En Rivas, desde el balcón del ayuntamiento dio el pregón la querida cartera del pueblo, Celina Larrodé. Un honor concedido como agradecimiento por tantos años recorriendo las calles de Rivas y entregando las cartas siempre con una sonrisa en su cara.

LAS CITAS MÁS ESPERADAS

Año tras año, en las fiestas de los pueblos ejeanos, hay actos que no pueden faltar dentro de la programación. Aunque se han celebrado actividades muy variadas, todos ellos coincidieron en algunas propuestas que se repitieron durante los días festivos, como es el caso de los encierros taurinos, la suelta de vaquillas en las plazas y las actividades infantiles.

Reunirse para comer suele ser una de las citas más recurrentes en estos pueblos. El Bayo se citó para una comida popular, un vermú, varias cenas y una concentración de ranchos. En Bardenas y Farasdués también hubo varias comidas populares. En la localidad de Rivas, el primer día festivo se organizó un aperitivo popular a mediodía y una parrillada para la cena. Además, en los cuatro pueblos se organizaron diferentes almuerzos, meriendas y recenas. En estos encuentros, los vecinos respondieron con una gran participación y llenaron sus estómagos para seguir disfrutando por todo lo alto del resto de actos.

La fiesta es otra de las cosas para las que más nos gusta reunirnos. En El Bayo, Bardenas, Farasdués y Rivas han bailado, cantado y disfrutado sin importar la hora, con todas las actuaciones, orquestas y discomóviles que han visitado estos pueblos vecinos durante sus fiestas de agosto. Un año más, las cuatro localidades se despidieron con tristeza de sus ansiadas fiestas. Lo hicieron de la misma forma y como ya es tradición, con la gran traca final y al ritmo del Pobre de mí.

Aunque cada pueblo del municipio tiene sus propias costumbres y tradiciones, todas sus fiestas han tenido como denominador común las ganas de sus vecinos y vecinas de pasarlo bien y celebrar juntos. Esto se ha visto reflejado en su elevada participación en cada acto programado y en cómo la diversión ha inundado las calles de cada localidad durante este mes de agosto; lo mismo que ocurrió en julio en las fiestas de Valareña, Santa Anastasia y El Sabinar, y que ocurrirá en septiembre cuando le toque el turno de celebrar a los vecinos del pueblo de Pinsoro.