La Diputación Provincial de Huesca y la Federación Aragonesa de Montañismo están mejorando el servicio que presta el Refugio Ángel Orús a los pastores. Una inversión de 137.000 euros está permitiendo reformar el sótano de la edificación para convertirlo en una estancia de doce metros cuadrados con literas, estufa de biomasa, mobiliario y con accesos desde el exterior y al interior del complejo. Asimismo se están redistribuyendo y renovando las infraestructuras energéticas que estaban ubicadas en él.

La institución trata de contribuir de diversos modos a una profesión elemental como el pastoreo que, a causa de la pérdida poblacional en el medio rural y de las dificultades que atraviesa el sector ganadero en áreas de montaña, padece un serio riesgo de desaparición. Las mejoras en el Ángel Orús, la puesta en marcha de la escuela de pastores de San Juan de Plan y la concesión del 25º Galardón Félix de Azara a los pastores y pastoras de la provincia de Huesca son tan solo tres de los ejemplos del apoyo de la DPH a esta actividad económica.

Algunos de los equipos, así como la instalación eléctrica, se habían quedado obsoletos y se está procediendo a sustituirlos y redistribuirlos en la sala contigua. Esto significará una mejora en la eficiencia energética. El espacio que ocupaban se ha habilitado como estancia para los pastores, contando con literas, estufa de biomasa, mobiliario básico y abriendo puerta de acceso independiente desde el exterior, renovando a su vez paredes, suelos y techos.

En 1991 se suscribió el primero de estos planes de refugios de montaña. Ha sido una colaboración que la institución provincial y la FAM han mantenido desde entonces con el objetivo de seguir potenciando los servicios que ofrecen estos complejos y de respaldar la figura y la actuación de los guardas de los refugios.

Miguel Gracia afirmó que se continúan realizando este tipo de planes de inversión porque son «un espaldarazo a estas infraestructuras que tienen una importancia fundamental en la provincia de Huesca como motor de desarrollo económico, a través de un turismo de montaña sostenible y, al mismo tiempo, son estandartes del reconocimiento de la calidad del Alto Aragón en este sentido».