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La crisis provoca un uso más intensivo de los apartamentos

Los visitantes habituales son la base de la clientela en Jaca y su comarca

Siempre ha sido bueno tener parientes con una segunda residencia en un lugar turístico. Pero ahora, con la crisis económica golpeando fuerte, se ha detectado un uso más intensivo de apartamentos, chalés y unifamiliares en las zonas de montaña y, en particular, en el valle del Aragón, según los datos que maneja la Asociación de Empresarios de Comercio y Servicios de la Jacetania (Acomseja).

"Nuestros asociados han notado, desde hace aproximadamente un año, que ha aumentado el cliente de apartamentos", explica José Juan Prado, responsable de la citada entidad.

Por un lado, están los propietarios y, por otro, los parientes y amigos a los que se hace un hueco en la segunda residencia en distintas épocas, preferentemente las de vacaciones. Entre unos y otros suponen un número elevado de personas que garantizan un nivel elevado de ocupación durante los fines de semana y los puentes, no solo en Navidades, Semana Santa y verano.

"De vez en cuando entra en la tienda gente que me compra artículos más o menos caros, pequeños detalles, y me dice que son para regalarlos a un pariente que les ha cedido el apartamento o les ha invitado a pasar unos días", señala un comerciante jaqués. Este tipo de turista habitual no suele figurar en las estadísticas oficiales, que se centran sobre todo en los huéspedes de los hoteles y las casas rurales.

Y, sin embargo, los clientes de apartamento (ya sean dueños o invitados) constituyen un usuario de primera importancia. Para empezar, son muy numerosos en un valle donde se han construido segundas residencias casi sin parar desde los años 70 del pasado siglo. No son de muy lejos (en su mayoría viven en Zaragoza, Navarra y el País Vasco), lo que garantiza que acudirán varias veces a lo largo del año a la segunda residencia, aunque solo sea por "darse una vuelta".

Son ellos los que suelen llenar los bares, los restaurantes y las tiendas de comestibles; los que invaden las estaciones de esquí en invierno y las piscinas en verano. Y también los que pasean animadamente y en gran número por la calle Mayor de Jaca, al caer la tarde, casi todos los sábados del año. "Es posible que la gente, con la recesión, viaje menos al extranjero y por eso estén en auge los apartamentos", comenta José Juan Prado. En cualquier caso, estos visitantes siempre son bien recibidos. Y no es de extrañar que, a un paso del verano, comerciantes y proveedores de servicios de Jaca y comarca confíen en que esta fiel y populosa clientela les ayude a salvar la temporada.

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