El 15-M no murió, sino que mutó. Desde que se disolvieron las acampadas se comenzó a trabajar en los barrios de cada ciudad. En el caso de Zaragoza, las asambleas periféricas han tenido una inusitada actividad, en estrecha colaboración con algunas asociaciones de vecinos. No en vano, explica Félix Moreno, presidente de la Federación de Asociaciones de Barrios de Zaragoza (FABZ), colectivos vecinales y 15-M comparten algunas reivindicaciones.

"Tenemos objetivos coincidentes, en tanto que se exige que la democracia representativa no es el único medio de participar por parte de los ciudadanos", indica. Existen similitudes de fondo entre el movimiento vecinal y el 15-M, aunque también diferencias. El trabajo, no obstante, ha sido conjunto. De algún modo, señala Moreno, el espontáneo grito de rebeldía surgido en mayo del año pasado ha vuelto a convencer a muchos ciudadanos de la necesidad de la participación social y política. Y lo que se ha perdido en presencia mediática se ha ganado en madurez, añade.

Uno de los posibles éxitos del 15-M en Zaragoza es la revisión del reglamento de Participación Ciudadana del consistorio, aún no finalizado. "Ha podido ser un revulsivo" para impulsarlo, sostiene Moreno. Era una antigua reivindicación de los colectivos vecinales y de la FABZ, muy activa en este sentido, pero la presencia y el discurso de un movimiento tan mediático como el 15-M, de algún modo, le ha dado el empujón definitivo.

El valor de las asambleas de barrio ha sido, más que ningún otro, el de abrir una reflexión sobre la situación social y la participación política, expone. Y por ello es "muy positivo". Aunque Moreno no se atreve a adelantar qué sucederá ahora. "Si pasa por generar alianzas y procesos participativos en el ámbito social y político se encontrará con el movimiento vecinal", concluye.