Hay quien asegura que estamos ante el 15-M de la educación. Apoyan la aseveración en el agrupamiento e inclusión de la comunidad, la rebelión contra el poder establecido y la defensa de lo público. Todo eso tiene lugar hoy en la jornada de huelga programada a nivel estatal y que en Aragón convoca a los casi 20.000 docentes de la comunidad --13.500 maestros y profesores de Infantil, Primaria y Secundaria y unos 5.000 más de universidad--a un paro a jornada completa como forma de protesta contra los recortes establecidos desde Madrid y asumidos por la mayoría de las comunidades autónomas, entre los que figuran el aumento de ratio, el incremento de horas lectivas al profesorado o la subida de tasas.

Se trata de la primera huelga unitaria de la democracia, desde Infantil hasta la universidad, convocada por los sindicatos UGT, CCOO, ANPE, CSIF y STEA contra la reducción de un 21 % de los presupuestos del Estado en educación y el decreto gubernamental de medidas destinadas a ahorrar unos 3.000 millones de euros en todo el Estado. Además, la jornada de huelga también cuenta con el apoyo de CEAPA o el sindicato de Estudiantes.

El paro parece destinado a contar con bastante más seguimiento que el que tuvo lugar hace casi dos meses, en la huelga general. De hecho, los sindicatos están convencidos de que será un éxito. Se apoyan en las continuas movilizaciones y encierros que se han sucedido en los días previos, en la masiva afluencia de docentes a las asambleas --más de 200 personas acudieron a la celebrada en el IES Goya cuando hace dos meses apenas lo hicieron medio centenar--y en la gran recepción de los centros al llamamiento. "La huelga tiene que ser masiva, ya que al Gobierno hay que darle lo que merece después de que retire recursos sociales para poner dinero en los bancos", dijeron desde UGT.

La universidad también ha albergado encierros. Ayer, el rector, Manuel López, admitió su "preocupación" por la huelga y sugirió "respeto a todas las posturas". El mismo que ha venido mostrando la consejera de Educación, Dolores Serrat, a la "libertad de expresión" aunque ha reiterado que "no hay necesidad de alarma social porque la educación pública no está en riesgo".