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Dos bloques en un debate con poquísimas concesiones

La segunda jornada del debate sobre el estado de la comunidad evidenció que las Cortes de Aragón están divididas en dos bloques antagónicos. Los puntos de encuentro apenas existen para el diagnóstico de situación, pero no para aplicar soluciones. La presidenta Luisa Fernanda Rudi puso sobre la mesa desde el primer minuto de su mandato el control del déficit público y la racionalización de la administración por encima de cualquier otra consideración, y en ello se mantiene. Aunque su austeridad y sus recortes produzcan unas consecuencias impactantes entre la población, para la líder del PP se trata de meros "efectos colaterales". Si existiera la anorexia en la gestión pública, el de Rudi sería un caso de libro.

La oposición reclamó a la presidenta con insistencia y con argumentos una rectificación de su política. Lejos de recoger el guante, la líder del PP ignoró cualquier evidencia que contraviniera sus planteamientos y no dio una sola concesión. A juzgar por sus intervenciones en estas dos jornadas, el ofrecimiento realizado al PSOE para pactar un presupuesto que estuviera limitado solo por el techo de gasto impuesto por Madrid suena a pose, incluso a encerrona.

A pesar de la cerrazón de una líder impasible, el cara a cara de Luisa Fernanda Rudi con el secretario regional socialista Javier Lambán deparó momentos de altura dialéctica. Sin desmerecer el papel de sus predecesores en legislaturas anteriores, con estos dos dirigentes en el parlamento se ha ganado en oratoria y en profundidad. Lambán planteó un discurso duro pero propositivo. Se defendió con honestidad cuando Rudi repetía el sonsonete de la herencia recibida, sin renegar de sus excompañeros, y pasó al ataque cuando fue preciso. Puso de manifiesto que no rehúye la confrontación ideológica, lo cual es de agradecer en estos tiempos fluidos donde se nos quiere hacer comulgar con ruedas de molino. Sirva el ejemplo de las tan traídas y llevadas deudas olvidadas en los cajones. Rudi reprochó a Lambán que el PSOE había dejado en el 2011 facturas en los cajones por 400 millones de euros y el secretario de los socialistas replicó que el PP había cambiado los 400 millones de euros por 4.000 enfermos sin operar.

De las reprimendas y las peticiones de enmienda formuladas desde el ala izquierda del hemiciclo (IU y CHA), hay poco que analizar. La presidenta sacó su lado más tatcheriano, sobre todo con una Nieves Ibeas que ayer parecía más enfadada de la cuenta. Rudi se puso en plan frontón. En cuanto al PAR, aunque su portavoz Alfredo Boné lo intente, su margen es escaso. Los gritos por el aragonesismo quedan subsumidos entre los vientos huracanados de una crisis que conduce al PAR hacia la permanente subordinación.

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