Tauste vivió ayer pendiente de la crecida del río Arba tras la confluencia, de los Arbas de Luesia y Biel y el Riguel. El consistorio ya había tomado la noche anterior precauciones como el desalojo de granjas y el corte de algunas carreteras.

La punta de la crecida llegó a las seis de la tarde, con 271 metros cúbicos por segundo y superando los siete metros de altura, lo que anegó campos de cultivo.

"Ahora a esperar que pasen las horas, que vuelva la normalidad y se pueda abrir la carretera al barrio de Sancho Abarca", dijo el alcalde, Miguel Ángel Francés.

Las afecciones, no obstante, son menores que en anteriores riadas gracias a que la nueva variante funcionó como dique de contención y al aliviadero del Canal de Tauste en el Puente de Las Trabas.

SÁDABA En Sádaba, asolada el viernes por la crecida del Riguel, han resultado afectadas unas 1.500 hectáreas, algunas recién sembradas de alfalfa. Sin embargo, los principales daños se registran en las acequias, los márgenes de las parcelas y otras infraestructuras, como caminos.

Los vecinos seguían limpiando ayer y hoy la consejera de Educación, Dolores Serrat, visitará los dos centros educativos afectados, para cuya reconstrucción aprobará hoy la DPZ una ayuda extraordinaria de hasta 300.000 euros. Ayer seguía sin limpiar el centro de salud y las consultas se trasladan a la Casa de Cultura.

En las Cinco Villas hay más pueblos con importantes daños. En Layana, el agua destrozó el puente que une a la población con los campos de cultivo, varias granjas están incomunicadas y se ha perdido buena parte de la producción hortícola. Entre Castiliscar y Sofuentes se cortó la carretera debido a la aparición de una sima, mientras en la de Sos solo era practicable un carril. En Sofuentes se quedaron sin agua corriente.