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BIMILENARIO DE LA MUERTE DEL EMPERADOR ROMANO

Pasión por Caesaraugusta

Zaragoza se vuelca con las recreaciones históricas que se celebran el fin de semana. La Arboleda de Macanaz se convierte en un campamento legionario con lucha de gladiadores

Pasión por Caesaraugusta

Zaragoza no quiere olvidar su pasado y los zaragozanos quieren conocerlo y vivirlo. Así quedó demostrado ayer en Macanaz, una zona que estos días ha retrocedido 2.000 años para volver a ser Caesaraugusta, esa ciudad fundada por César Augusto, el emperador del que ahora se cumple el bimilenario de su muerte.

La lluvia, que hizo acto de presencia a media mañana y por la tarde no pudo con los gladiadores pero sí con los legionarios (suspendieron la recreación de la tarde); y es que aunque en la época recreada, la guerra no se paraba por el mal tiempo; tampoco era cuestión de que lucharan contra los elementos.

El público tenía ganas de conocer cómo era la ciudad por la que hoy caminan en la época en la que el Teatro Romano o el Foro eran las construcciones más modernas; y por eso, al igual que la tarde-noche del viernes, desde primera hora de la mañana colgaron el cartel de Lleno (800 personas en las gradas) en los actos organizados, que tendrán continuidad hasta fin de año.

La primera visita obligada, al campamento de las legiones, que era algo así como "pequeñas ciudades" aunque provisionales, explicaba uno de los guías del campamento. Todas las reconstrucciones han sido llevadas a cabo por Projecte Phoenix, con la colaboración de Nemesis. En ese espacio, siembre ubicados (gracias a una señal con unos palos que marcaban la situación dónde se colocaría el campamento de la misma manera "por práctica, para saber donde estaban", los legionarios --"luchadores de pico y pala más que de espada"-- vivían, dormían, escribían a sus familias y también entrenaban, con unos escudos de mimbre y una espada de madera, para no herirse y para "fortalecerse, porque estas armas pesaban el doble" que las que usarían en la contienda.

Si algo quieren dejar claro con estas jornadas es que en aquel tiempo "no se improvisaba nada", por un lado; y por otro, que los soldados romanos "no hacían esgrima, buscaban la efectividad y no el espectáculo", que quizá es lo que más ha llegado a nuestra era a través de las películas.

"Nuestra obsesión es la divulgación, mostrar cómo era la ciudad y la sociedad civil en época de Augusto, cómo era el senado, las instituciones, es decir más la vida civil que la militar", reconoce Enric Seritjol, presidente de la asociación Projecte Phoenix, alma mater de las reconstrucciones junto a su hermano Magí (director del festival Tarraco viva); para quien "hay que conservar nuestra cultura y nuestros restos porque son nuestros".

También hace hincapié en el "concepto de política" que no era otra cosa que "estar al servicio del público". De forma muy gráfica, explicó: "eran la mezcla entre un japonés y un americano por su "obsesión por el trabajo, el control y la facilidad a la hora de adaptarse a todo y por la idea de contratar al mejor", reconoce Seritjol, quien destaca la pasión de Augusto por la cultura y por la construcción de bibliotecas. Y es que a los romanos les gustaba el circo y las carreras de caballos y el teatro.

Uno de los actos con mayor tirón fue la lucha de gladiadores, a cargo de los italianos Ars Dimicandi. Su director, Darío Batagglia fue explicando poco a poco cómo eran las luchas y las armas utilizadas puesto que el objetivo "no era matar sino cansarse o herirse". Cuando un gladiador caía al suelo, el público decidía si tenía que levantarse y continuar luchando o ir a juicio. Los ocho gladiadores llevaron a cabo cuatro luchas, "verdaderas, de contacto", según las diferentes técnicas; y una recreación de una sesión de boxeo antiguo, del que Augusto "era un apasionado".

Al igual que los gladiadores, también se pudo conocer en otra recreación las armas y la vestimenta de los legionarios.

Las recreaciones continúan hoy con más lucha de gladiadores (11) y La Fundación de Caesaraugusta (13), así como el mercadillo romano, la animación; los talleres y el teatro en el Museo del Teatro, el Puerto y las Termas. Las exposiciones comenzarán en mayo en Zaragoza y también se han organizado actos en Huesca, Calatayud, Tarazona y Velilla de Ebro, localidades también de referencia en el Año de Augusto.

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