La Comisión Europea (CE) se ha mostrado esta semana contraria a prohibir los servicios de transporte en vehículos compartidos por particulares como Uber y BlaBlaCar, en plena polémica por la competencia desleal que las asociaciones de taxistas aseguran que representan para su gremio. Estos servicios de transporte no profesional, que se implantan en distintas ciudades europeas y que ya han sido prohibidos, por ejemplo, en Bruselas, ponen en contacto a particulares y les ofrecen la posibilidad de compartir los gastos de viaje. "Nadie dice que los conductores de Uber no deban pagar impuestos, respetar las normas y proteger a los consumidores, pero prohibir Uber no les da la oportunidad de hacer las cosas bien", según puso de manifiesto el portavoz comunitario de Agenda Digital, Ryan Heath.