Una autovía en horas bajas

La autovía de Logroño sigue siendo la carretera más comercial de Aragón, pero con el paso de los años ha ido perdiendo el brillo de antaño. Hasta hace un tiempo, era una de las vías de entrada y salida más transitadas de la ciudad, sobre todo tras la apertura del Alcampo de Utebo en 1981, lo que acabó por convertirlo en un auténtico corredor comercial. Tiendas de muebles, de cocinas y baños, de sofás, decoración, pinturas, tapicería, lámparas, bricolaje... Poco a poco la autovía se fue especializando en el sector del hogar, pero la crisis, la llegada de Puerto Venecia (sobre todo de Ikea) y la construcción de la variante supuso el certificado de defunción para muchos establecimientos.

«Antes esta era la carretera del mueble, pero ahora está todo medio muerto; muchas tiendas han tenido que cerrar», lamentan desde Muebles JP, un negocio que lleva «más de 30 años» en el polígono Europa. Sus vecinos de Salón Internacional, otro de los veteranos de la autovía, también lamentan la «decadencia» de los últimos años, «sobre todo desde que hicieron la nueva autovía y desde que llegó Ikea, que ha arruinado al sector». «Hace 15 años venías por aquí un sábado y esto parecía el paseo Independencia, pero todo eso pasó a mejor vida», indican desde la empresa de sofás.

Ahora, los establecimientos de la zona, justo al contrario que los pequeños comercios de la ciudad, esperan el aterrizaje del outlet de Pikolín «como agua de mayo». La gran mayoría confía en que el nuevo centro dinamizará el corredor. «Estamos ilusionados, si viene tanta gente como dicen alguno se parará», señalan desde Merkamueble. «Por lo menos le dará algo más de vida a la carretera», añaden desde la firma Acua Baño.

Otros, sin embargo, se muestran más cautos. «Ya no nos hacemos ilusiones, también pensábamos que la llegada de Bauhaus se iba a notar y no ha sido así», indican desde Liderlamp.

De hecho, los cierres han continuado desde la apertura de la compañía de bricolaje en junio del 2015. «El problema es que los coches dan la vuelta en la rotonda de Pikolín y no llegan hasta aquí; aparte de que ese tipo de cliente viene a por algo muy específico», apuntan desde la firma de lámparas.

Las conexiones viarias

Por eso, todos los comercios consultados piden que las conexiones viarias del outlet se construyan «con idea» para que los vehículos tengan que pasar obligatorimente por delante de las tiendas. «La clave es que al menos lleguen hasta la rotonda del restaurante Casa Royo», concretan en Muebles JP.

En este sentido, recuerdan el «daño» que les hizo el desdoblamiento. «Antes vendíamos lámparas a camioneros sin talento», destacan en Liderlamp.

Actualmente, la propia Bauhaus, Brico Depot, Makro, Porcelanosa (aunque está más cerca de la ciudad) y los concesionarios de coches son las locomotoras de la autovía. «Si esto no se anima un poco con el nuevo outlet acabaremos cerrando todos», aseguran desde Salón Internacional.

Y eso que en los últimos meses incluso ha abierto algún establecimiento. «El mercado se va recuperando pero muy poco a poco», indican desde GTI Zaragoza, una de las imobiliarias con más experiencia en el sector comercial e industrial. En este sentido, destacan que el precio del alquiler de las naves en los polígonos de la autovía ha caído «más de un 50%» durante la crisis: «El metro cuadrado ronda ahora los 1,5 euros, cuando se llegó a pagar 3,5 y hasta 4 euros».

No en vano, añaden que esta zona, como tantas otras, también ha sufrido la fuga de industrias. «Y en el aspecto comercial ha perdido mucho, algo que también ha ocurrido en la carretera de Valencia, aunque allí no había tantas tiendas», señalan fuentes de GTI.

Desde la inmobiliaria también consideran que la llegada del outlet podría reactivar la autovía, aunque creen que si algún comercio decide instalarse en la zona debería apostar por especializarse: «Tendrían que ofrecer algo distinto, no se puede intentar jugar en la misma liga».