Alrededor de 6.000 parados aragoneses son potenciales beneficiarios del subsidio de desempleo para mayores de 52 años instituido por el Gobierno y que ha entrado en vigor este mes tras haber estado anulado varios años a raíz de los recortes realizados por el Ejecutivo de Rajoy en los momentos más duros de la crisis económica.

Este cálculo de posible receptores de la ayuda, cifrada alrededor de los 430 euros mensuales, ha sido realizado por el sindicato UGT, que contempla la medida como la «recuperación de un logro social», en palabras de Pura Huerta, secretaria de Formación y Empleo de la central obrera.

«Esta medida hay que contemplarla en el contexto de la tasa de cobertura del subsidio de desempleo, que de estar en un 80,9% en el 2010 cayó al 59,2% en el 2018, y en el caso de Aragón a solo el 57,8%», explicó la sindicalista, que denunció la «tendencia a la cronificación de la situación de los parados hacia la larga duración».

Huerta indicó que la medida va destinada a los trabajadores que han agotado todo tipo de prestaciones y se encuentran en la horquilla entre los 52 y los 55 años, dado que a partir de los 56 ese derecho no se ha llegado a perder y adquiere asimismo carácter permanente hasta la jubilación.

INGRESOS PERSONALES

En su opinión, la normativa que rige este tipo de ayudas presenta varios puntos positivos. El primero de ellos, el hecho de que, para su concesión, se tienen en cuenta los ingresos del solicitante, y no ya los de su unidad familiar, lo que privaba a muchas personas del derecho debido a que no se ajustaban a los requisitos.

Además, para ser considerado parado beneficiario se rebaja la edad en tres años, como ocurría antes de la recesión económica. Asimismo, se vuelve a la jubilación cuando se ha alcanzado la edad legal, mientras que antes era obligatoria a los 63 años, lo que suponía un recorte de las cantidades percibidas, en detrimento del trabajador.

La responsable de Formación y Empleo de UGT considera que el subsidio favorecerá a colectivos muy castigados por el desempleo y con dificultades para recolocarse a partir de determinada edad.

«En la Unión General de Trabajadores valoramos positivamente la media aprobada por el Gobierno de Pedro Sánchez, pero pensamos que hay que seguir adelante con una reforma más amplia y general de las prestaciones de desempleo, de forma que alcance a todos los desempleados, no solo a una parte de ellos», apunta Huerta.

SOLUCIÓN PROVISIONAL

El subsidio no es la solución definitiva. Los 430 euros que, aproximadamente, percibirán los que acrediten su condición de parados de larga duración no bastan para vivir. Son, simplemente, una mensualidad que en muchos casos solo sirve para resistir mientras se busca otro empleo.

De ahí que UGT abogue por la puesta en marcha de «políticas activas de empleo pensadas para parados de larga duración», un colectivo que, al quedar descolgado del mercado laboral, encuentra graves dificultades para volver a entrar.

Por otro lado, acceder al reconocimiento de la situación de parado de larga duración no es fácil. La propia normativa aclara en su primer artículo que para ser beneficiario del subsidio para mayores de 52 años «es preciso acreditar una situación legal de desempleo».

De entrada, quedan excluidos los trabajadores de ambos sexos «que solo reúnan una demanda de empleo ininterrumpida sin cotizaciones», así como «los que hayan perdido su empleo por causas a ellos imputables».

En cambio, sí podrán percibir el subsidio quienes ya estén cobrándolo o tuvieran derecho al mismo, así como los que lo hubieran agotado. Igualmente, el subsidio se abonará a quienes hayan agotado una prestación por desempleo y no percibido el subsidio correspondiente o lo hubieran extinguido.