MUJER Y DEPORTE

María Moreno: la decisión correcta

La jugadora del Sala Zaragoza comenzó compaginando fútbol y fútbol sala, eligió el futsal y con 18 años su futuro se presenta brillante después de establecerse en Primera Federación Femenina y jugar con la selección sub-19

María Moreno, jugadora del Sala Zaragoza, posa para El Periódico de Aragón

María Moreno, jugadora del Sala Zaragoza, posa para El Periódico de Aragón / ANDREEA VORNICU

David García Arlegui

David García Arlegui

Algunos caminos toman rumbos diferentes a partir de cierto punto, lo que obliga a quien los transita a elegir la dirección por la que quiere seguir caminando. A María Moreno, que solía compaginar el fútbol con el fútbol sala, el momento de decidir le llegó con quince años. «Me decanté por el fútbol sala porque me gusta más el juego, hay más movimiento», asegura María, que fichó así por el Sala Zaragoza en 2020.

Tres años después, María Moreno ha jugado y marcado con las selecciones de Aragón y España sub-19, marcó el gol de la permanencia en el último partido de la temporada pasada y es la máxima anotadora del equipo en la presente campaña, con trece dianas. Con solo 18 años, la jugadora afirma ahora sin temor a equivocarse: «Estoy segura de estar muy bien donde estoy». Desde su llegada al Sala Zaragoza, la jugadora se sintió «muy bien recibida» por sus compañeras. 

Ahora, se ha convertido en un referente a su pronta edad, en gran parte por su actuación en el último partido de la pasada campaña. El Sala Zaragoza perdía en casa contra el Penya Esplugues, con el que se jugaba el descenso y ante el que debía empatar, como mínimo, para conservar la categoría. En los instantes finales, María marcó el gol que salvaba al Sala de descender. «Solo recuerdo que había muchísima gente en el Siglo XXI y todo el mundo gritaba», rememora sobre aquel día en el que se sintió «muy feliz por haber marcado ese gol y lograr la salvación».

«Me gustaría ganar títulos con el Sala Zaragoza y jugar con la selección absoluta»

Eso sí, la figueruelera no descuida sus estudios, combinando la práctica del fútbol sala al más alto nivel con el segundo de bachillerato. «Me echo pocas siestas, pero lo saco adelante», asegura entre risas.

La joven jugadora firmó el pasado verano su primer contrato profesional, y siente que en esta nueva temporada no ha cambiado nada. Admite con una sonrisa que ha tenido mal genio «desde siempre, protestando a los árbitros y enfadándome mucho», algo que ha aprendido a controlar porque le sacaba de los partidos. 

Ser una de las pocas zaragozanas del equipo le enorgullece, sobre todo al pensar que las más pequeñas sueñan con estar en su lugar. «Estoy contenta de servir de referencia para las niñas, yo también me fijé en jugadoras en su día», reconoce, advirtiendo a las más jóvenes de que «si trabajan y luchan por lo que quieren podrán llegar hasta donde se propongan».

Es una habitual en las convocatorias de Aragón sub-19, y en enero le llegó la oportunidad de jugar con la selección española de su categoría, con la que consiguió marcar dos veces. Ahora, reconoce que su futuro «pinta muy bien» y se marca dos objetivos: «Me gustaría poder ganar títulos con el Sala Zaragoza y llegar a jugar con la selección absoluta».