Mujer y Deporte

Laura Anadón. Más allá de los huracanes

En solo dos años, esta zaragozana ha encontrado en las Zaragoza Hurricanes más que un deporte, «un modo de vida, una familia», y es internacional con España

Laura Anadón, sonriente antes de empezar el entrenamiento con las Zaragoza Hurricanes.

Laura Anadón, sonriente antes de empezar el entrenamiento con las Zaragoza Hurricanes. / LAURA TRIVES

La vida tiene a veces salidas imprevistas que le dan otra forma, también necesaria, y que a Laura Anadón se le dio a través de un deporte, el fútbol americano, que entró hace dos años como un huracán, reordenando y dando sentido a todo. «Estaba en un momento en que necesitaba un cambio, porque estaba perdida, también por motivos laborales. Me di cuenta de que quería probar algo que fuera atípico y no encontré un deporte, sino una familia», dice esta periodista zaragozana, que había pasado por el baloncesto, el tenis, el fútbol, ahí por el Transportes Alcaine, y hasta por el fútbol sala. Ahora, ya es internacional con España (juega el 13 de abril en Calatayud y después tiene la final de la Copa de europa en Suecia), y proclama que quiere con las Zaragoza Hurricanes «sí o sí el título de Liga, nos cueste un año, dos o los que sean».

«Fue un flechazo, me enamoré al segundo, era tener lo mejor de todos los deportes que había hecho», explica con un desbordante entusiasmo que concuerda perfectamente con el nombre del equipo al que llegó y cuando recuerda que fue una amiga la que le dio pie a probarlo. Entró así en este deporte y lo hizo de forma inesperada, porque solo unos meses antes por su trabajo en Aragoneses por el mundo había presenciado un partido de la NFL en Dallas y «salí pensando que ni se cansaban, no me gustó entonces. ¡No sabía nada de nada de este deporte!».

«Es un deporte de contacto, pero sobre todo es táctico. La forma de dar el golpe es técnica, no es dar a lo loco, ni estamparse. Muchos hombres creían que no podíamos jugar y nos damos ‘tortas’ como las que más»

Empezar a practicarlo fue otra cosa, claro, de la mano de su entrenador, Alonso Muñoz, que «contagia el amor por el fútbol americano» y encontrando esa nueva familia. «Las chicas me enseñaron todo, la técnica, la postura, cómo no hacerme daño si me placan. Es decir, el amor por esto», dice, siendo consciente de que ella llegó cuando «ya se está potenciando, pero las que ya estaban han sufrido mucho lo que yo solo atisbé».

La jugadora zaragozana posa en las instalaciones del CDM Mudéjar.

La jugadora zaragozana posa en las instalaciones del CDM Mudéjar. / LAURA TRIVES

Y es que el fútbol americano no termina de calar en España, con solo dos equipos profesionales, los Dragons y los Bravos, que juegan en la Liga Europea, y con un espacio que está a años luz de la enorme NFL de Estados Unidos. «Todo tiene su orden, su tiempo, hace 10 años el deporte femenino, el baloncesto o el fútbol, no tenía la contemplación que tiene ahora», asevera, desmitificando la idea de que el fútbol americano es un deporte de demasiado contacto: «No hay que juzgar nunca al libro por su portada».

«Siempre he sido muy bruta», asegura con una tremenda sonrisa, para después aclarar el concepto: «Es de contacto, pero sobre todo es táctico. La forma de dar el golpe es técnica, no es dar a lo loco, ni estamparse», añade, sin querer dejar de lado una sentencia reivindicativa: «Hay muchos hombres que consideraban que no podíamos jugar y nos damos tortas como las que más».

De momento, las Zaragoza Hurricanes, que entrenan en el CDM Mudéjar y juegan ahora en Movera en una Liga Femenina de Fútbol Americano (LFFA) que tiene citas cada dos semanas, son segundas en su conferencia y rozan el playoff. Desde su puesto, cornerback en la selección, una especie de defensa personal tras la segunda línea, y quarterback (lanzadora) en su equipo, Laura sabe que a sus 32 años y con el contexto en Europa es muy difícil dedicarse profesionalmente a esto, pero vuelve a proclamar: «Ojalá lo hubiera conocido antes y ojalá me aguante el cuerpo los máximos años posibles», aventura. Este camino, el que «te enseña a que confíes en el proceso, el trabajo, en la superación, en esa unión especial», bien lo merece.