Mujer y Deporte

Alba Bautista. Dos Juegos y toda una vida

La gimnasia se ha convertido desde los 4 años en el motor de esta deportista de Utrillas, en la élite nacional y que en París vivirá sus primeros Juegos con el objetivo de lograr un diploma olímpico. «Mi vida va a estar en este deporte, es lo que me gusta, lo que me llena», asegura, con el deseo de llegar a Los Ángeles en 2028 y después ser entrenadora, un plan perfectamente trazado y que quiere cumplir a rajatabla

Alba Bautista, durante una competición internacional con España.

Alba Bautista, durante una competición internacional con España. / RFEG

Es fácil hablar del pasado, pero el futuro siempre genera dudas, hay imprevistos en el camino que impiden asegurar una cosa con absoluta convicción. En el caso de la gimnasta Alba Bautista no es así. «Tengo ya los tres títulos de entrenadora y tras los Juegos de Los Ángeles (2028) esa será mi dedicación. Mi vida va a estar siempre en la gimnasia, es lo que me gusta y me llena», asegura con convicción la deportista de Utrillas, de 21 años y que estará este verano en los de París, junto con su compañera de selección, Polina Berezina, para buscar en los Juegos un diploma olímpico que le haga tocar techo.

No le faltan ni la ambición ni el talento a Alba, que con solo cuatro años descubrió la gimnasia y que la compaginó con el fútbol hasta los 14. «Era muy deportista, me he criado en el pabellón de Utrillas. Mi padre quería que siguiera con el fútbol y mi madre, no, porque en algún partido, al ser tan pequeñita, me rompían en cinco tras un golpe y dijo que hasta aquí…». Se impuso la teoría maternal y lo hizo con los campus de verano en Benicarló, al tener una casa en Vinaroz, para entrar en el Club Mabel, al que todavía pertenece, en 2017 y pegar «un boom tremendo». La mudanza con su madre allí, la posterior a Valencia con la selección y la definitiva en 2020 para llegar al CAR de Madrid fueron los pasos.

"He sacrificado todo, mi vida entera, familia, amigos, todo, empezando por irme a vivir lejos de Utrillas. Si con tanto sacrificio luego no consigues nada, pues sería frustrante, por eso soy una tía luchadora»

«Llevo 18 años con esto, como para luego rendirme.... He sacrificado todo, mi vida entera, familia, amigos, todo, empezando por irme a vivir lejos de Utrillas, donde se quedaron mi padre y mi hermano y sin tener nada claro entonces. Si con tanto sacrificio luego no consigues nada, pues sería frustrante, por eso soy una tía luchadora», espeta con la determinación que le ha llevado a ocupar un puesto en la élite nacional y con la seguridad de que París marcará un antes y un después. «Es mi momento, absolutamente, llevo mucho tiempo trabajando. Los Juegos son el sueño de cualquier deportista, lo más alto a lo que llegar, no hay nada por encima».

Ese billete se lo sacó en Valencia en agosto, en una gran actuación en el Mundial, siendo octava. «En los Juegos están las mejores y el objetivo es el diploma olímpico, por supuesto, ya que las medallas las veo imposibles, pero sabemos dónde estamos y estar entre las 8 mejores sería un logro, hacer historia», refleja con la ambición que solo sienten los que se ven capaces de alcanzar una meta, por muy alta que esta sea. Y Alba es de ellas. «La gimnasia ya de por sí es uno de los deportes que más sacrificio exigen, tienes que rozar la perfección y eso solo se logra con trabajo y esfuerzo», añade la gimnasta turolense, que este fin de semana se ha colgado la medalla de bronce en el concurso individual completo de la Copa del Mundo de Gimnasia Rítmica en Portimao (Portugal)

El pasaporte a los Juegos

A poco más de dos meses de esa cita olímpica, en la que estarán las 24 mejores para entrar 10 en la final, con la cinta y la pelota como sus puntos fuertes, si bien «en las mazas estoy dando la vuelta a la tortilla», a la turolense se le acerca su gran momento, para el que aún no tiene decidida una celebración, pero sí sabe que se tatuará los aros olímpicos en cuanto participe. «En Valencia Polina y yo dijimos que, si nos clasificábamos, al día siguiente iríamos de fiesta con los maillots. Y se cumplió esa promesa. Ahora, será mayor».

Así de claro lo tiene Alba, estudiante de INEF y «una friki del deporte», como se define, a la que le quedan 4 años al nivel más alto en la gimnasia, porque «quiero ir a Los Ángeles. Con toda la experiencia que estoy cogiendo en estos años, cuando realmente voy a estar madura va a ser al ciclo olímpico siguiente. Y ya retirarme con 26 tras esos Juegos». Todo, como se ve, ya planificado. Y talento, ambición y sacrificio no le faltan. ¿Lo cumplirá?