La escasez de materiales en los hospitales durante la pandemia ha llevado a numerosas personas a coser en su casa mascarillas y otras prendas para proteger a los profesionales que luchan en primera línea contra el coronavirus. Un batallón de costureras y modistas, pero también de diseñadores, empresas textiles, tiendas y escuelas de moda se han volcado en ayudar con sus puntadas solidarias al personal sanitario a través de numerosas iniciativas.

Una de las de mayor éxito ha sido la confección de mascarillas de tela por parte de ciudadanos anónimos que se han distribuido entre aquellos colectivos más expuestos al contagio, como comerciantes, policías, transportistas, etc. ya que no son eficaces para su uso sanitario.

El primero de los grupos en aparecer fue el de Modistas Solidarias de Zaragoza. «Creamos el grupo el primer domingo del estado de alarma y ese mismo lunes se entregaron 800 mascarillas en el Servet», cuenta Araceli Sánchez, una de sus impulsoras.

Victoria López, propietaria de una escuela de patronaje de la capital aragonesa, se enteró de la iniciativa a través de las redes sociales y no dudó en contactar con sus alumnos para ponerse manos a la obra. «Si todos aportamos nuestro granito de arena, la suma de todos es muy importante», afirma.

En Aragón, los ejemplos se cuentan por decenas. En Calamocha, la oficina local de la Asociación Española Contra el Cáncer está tejiendo mascarillas. La tienda especializada en vestimentas de Semana Santa San Cayetano 3 de Zaragoza también está utilizando las telas de los hábitos para este fin. En Valdealgorfa, un grupo de voluntarias tejió protecciones para los bomberos de Alcañiz. Las religiosas de la parroquia de Santa Engracia también han hecho su aportación. La empresa Arpa también está ayudando. Las empleadas de FCC de la Universidad de Zaragoza también. Y así una y decenas de veces.

Para llevar a cabo esta labor, las costureras han contado con apoyo del Instituto Aragonés de Servicios Sociales y de los ayuntamientos de las distintas localidades, que han establecido sistemas de reparto de material y recogida a domicilio de las máscaras protectoras para que nadie tuviera que salir de casa.

Un sinfín de prendas

Tras las mascarillas han surgido nuevos proyectos para confeccionar un sinfín de prendas, como monos, calzas, gorros o batas impermeables, en función de las necesidades de los centros sanitarios. Es el caso de los modistos zaragozanos Arturo Borraz y Víctor Plou, creadores de la firma Urban Vicart, que han impulsado la campaña #DesdeCasaOsAyudamos para fabricar prendas impermeables que pueden utilizarse en los hospitales.

Ellos mismos han realizado los patrones para que cualquier persona pueda contribuir a la causa y se encargan de conseguir el material necesario para su confección: plásticos industriales para las batas y mantas térmicas para las mascarillas, donados en su mayoría por la cooperativa andaluza Granada La Palma y las empresas aragonesas Macoga y Maniapork. «No aceptamos donaciones económicas», explican.

Hasta el momento han conseguido confeccionar 16.500 mascarillas y 4.000 batas gracias a la colaboración de 185 personas que cosen las prendas en sus domicilios de Zaragoza y de localidades como Longares y Luceni. Además cuentan con otra decena de voluntarios que se encarga de trasladar el material a las casas y de la recogida para su distribución.

«Cada semana recibimos más gente que quiere ayudar», explican estos diseñadores de bolsos que han visto desfilar sus creaciones por las pasarelas de Madrid y Nueva York. «Se ha creado un buen engranaje y hacemos mucha producción», comentan.

Gracias a sus contactos y conocimientos de gestión, han podido crear esta plataforma y ellos mismos se encargan de distribuir los elementos de protección a los hospitales, centros de salud y residencias para que ningún trabajador esté desprotegido.