--¿Le gusta ser profesor?
--Cada día me he sentido afortunado de estar en un aula...
--Hay colegas suyos que están deseando escapar de las aulas.
--Entonces deberían revisar qué pintan allí...
--Es que probablemente esas aulas no son ahora como fueron cuando llegaron a la enseñanza.
--¿Se refiere a cuando a esas aulas solamente iba el 34% de jóvenes, y los demás iban a FP o abandonaban los estudios?
--Se refiere a que los chicos, en gran número, no les interesa aprender, estudiar.
--Muy pocos chicos van a clase deseando aprender y saber. Una labor esencial del maestro es inculcarles el interés por aprender y estudiar.
--¿Y para eso se requieren nuevas fórmulas?
--Por supuesto; lo que asombra es que a veces se sigan empleando los mismos métodos docentes que en el siglo XIX. Y algunas clases consisten en leer la lección, que después será objeto de examen. Lo primero que te dice la escuela es que el objetivo es aprobar y promocionar.
--Eso cuenta en el libro...
--Y cuento también que nadie entiende si no atiende. Y que para atender, es preciso que interese. Y el interés no se produce si no hay gusto previo por lo que se enseña. Yo cada vez que comenzaba un tema decía: "Os voy a vender una moto. ¿Os interesa?"
--Vi el otro día por enésima vez la película: El club de los poetas muertos. ¿La ha visto?
--¡Muchísimas veces y también con mis alumnos! Y yo me aplico este mensaje, que repito cada inicio de curso: espero que durmais cinco minutos menos, por la emoción de tener clase al día siguiente. Muchos me toman por loco hasta que lo entienden.
--¿Es partidario de utilizar la ley de autoridad a los profesores?
--La autoridad del profesorado nace de dentro, no se impone. Y el alumno la reconoce. Una ley al respecto es un reflejo de la impotencia y la incapacidad.
--¿Internet sería la demostración de dos mundos: las clases y las pantallas?
--No me gusta la dicotomía entre internet y clases: internet podría ser un instrumento valiosísimo para suscitar el interés de los alumnos.
--¿Pero no es cierta la fórmula de que aprender cuesta?
--Lo que se aprende a la fuerza se olvida en cuanto te examinas. Aprender cuesta, pero se aprende si tienes curiosidad que nace de dentro. Y esa es labor del profesor: despertar esa curiosidad.
--¿Por qué ha escrito este libro?
--La enseñanza es mi vida. Este libro es prácticamente un testamento: carpe diem.
--¿Su vida cómo va?
--Sobre ruedas.