La Ley de Aprendizaje en la Vida Adulta, que actualiza la actual norma del 2002, fue aprobada ayer por unanimidad en las Cortes, con el objetivo de «favorecer el aprendizaje de los adultos para que se adapten a las nuevas exigencias del mercado laboral», según defendió la diputada Margarita Périz, del PSOE.

Tanto ella como el resto de grupos defendieron el entendimiento que ha hecho posible sacar adelante la norma, que no solo está pensada en realidad para adultos sino para cualquiera que se haya salido de la senda de la edudación y quiera volver a ella, con medidas de programación, coordinación y evaluación.

La nota discordante la puso la popular María José Ferrando, al incidir en que la norma no tiene presupuesto para realizarse, ya que faltarían 2,5 millones de euros incluso con toda la partida de Educación, prorrogada del 2018.