El curso económico comienza con buenas expectativas para Aragón. El 2019 está llamado a ser un año repleto de hitos económicos, pero también políticos, lo que, inexorablemente, tendrá un denominador común: los comicios autonómicos del mes de mayo. La simbiosis entre lo político y lo económico es un hecho que se da siempre que se afronta un año electoral y, en este caso, Lambán no desaprovechará la ocasión para sacar rédito político de la recuperación de la economía aragonesa. Son ya cinco los años de crecimiento, con un aumento del Producto Interior Bruto (PIB) del 3,6% en el 2017, la cifra más alta de toda España, aunque los expertos anticipan ya una desaceleración que podría reducir el crecimiento regional por debajo del 3%.

Las cifras podrían ser mejores si los vientos de cola que han aupado a la economía --bajo precio del petróleo y tipos de interés en mínimos históricos, principalmente-- no comenzasen a perder fuelle poco a poco. A pesar de ello, Aragón parece mantener el rumbo y, además, parece haber pasado de puntillas por los efectos de la crisis en Cataluña que hace apenas un año aparecía en el horizonte como un gran nubarrón.

Sea como fuere, el curso que ahora se inicia estará marcado por la evolución de sectores estratégicos como la logística, la agroalimentación, las energías renovables y el automóvil, los grandes puntales de la economía regional.

La situación estratégica de Aragón, por ejemplo, ha conseguido afianzar y atraer numerosas iniciativas del sector logístico, que se posiciona como una de las palancas de la competitividad empresarial del siglo XXI. Solo en los últimos tres años se han comercializado más de 600.000 metros cuadrados de suelo en las plataformas logísticas de Aragón. Plaza seguirá siendo el gran referente en el 2019, año en el que afrontará una ampliación que amputó la crisis económica. Este será, sin duda, uno de los hitos del curso que ahora empieza.

Los desembarcos de Pikolín y BSH son dos buenos exponentes del vigor de Plaza, cuyas parcelas libres comienzan a escasear en un momento en el que la inversión logística tiene la vista puesta en Zaragoza. Tanto es así que la capital aragonesa figura como el tercer mercado nacional en inversión -140 millones en el 2017- solo por detrás de Madrid y Barcelona, según un informe elaborado por la consultora CBRE.

MEGAWATIOS Y VEHÍCULOS

Otro de los grandes protagonistas del 2019 serán las energías renovables. La comunidad tramita proyectos que suman más de 3.500 megawatios (MW) y que deberán funcionar antes del 2020. Se pondrán en marcha 700 nuevos molinos de viento y cientos de placas fotovoltaicas que ocuparán unas 2.500 hectáreas. El resurgir de estas nuevas fuentes de energía permitirán estimular la actividad económica y la población en el medio rural, escenificarán el relevo a la minería del carbón, que escribe ya su epílogo, y nutrirán a los ayuntamientos de más recursos económicos. En concreto, recibirán 2.000 euros al año de media por megawatio, según las estimaciones del clúster de Energía de Aragón. El nombre propio será Forestalia, que prevé invertir 2.000 millones.

Logística y energía son, quizá, los dos ejemplos que mejor ilustran cómo los activos intangibles del territorio como el sol, el viento y la ubicación son, a largo plazo, grandes fuentes de riqueza. A ello habrá que sumar, inevitablemente, el talento, la tecnología y la innovación, tres ventajas competitivas que confluyen en sectores como el del automóvil, pero que deberán estar más presentes en la actividad productiva de Aragón si quiere ser un referente para los inversores.

Opel jugará, en este sentido, un papel relevante. El Corsa eléctrico está a la vuelta de la esquina, lo que puede significar una revolución para la principal empresa aragonesa, pero también para el conjunto de la economía regional. Las previsiones hablan de más de 450.000 coches fabricados en Figueruelas en el 2019, lo que estimulará el empleo, también en las auxiliares. De momento, la factoría cerrará el año con 200 nuevos empleos en el que será su año más fructífero de la década.

El porcino también será protagonista. Proyectos como el del grupo Pinni en Binéfar, Grupo Costa en la Plataforma Logística de Fraga o el desarrollo del macrocomplejo de BonÁrea en Épila están en pleno desarrollo. Solo este sector sumará más de 700 millones en inversión.

LA CRUZ DE LA MONEDA

Pero el año también ha de servir para poner coto a la temporalidad y a la precariedad del mercado laboral, la gran sombra de la economía aragonesa. A pesar de que la tasa de paro es inferior al 10%, los jóvenes, las mujeres y los parados de larga no consiguen recuperar el pulso previo a la crisis, por lo que deberán ser objetivos prioritarios para el Ejecutivo de Lambán en los próximos meses. Mientras, los salarios apenas repuntan, a la espera de que la recuperación se traslade, por fin, a los bolsillos de los aragoneses.