David Pellicer Criado se entregó en la Policía Nacional tras asesinar a Raquel, de 35 años, un 25 de junio del 2018 en el zaragozano barrio de Delicias. Ante los agentes manifestó que «se le había ido la cabeza» y que era consumidor de alcohol y drogas. Un intento de atenuar una posible condena que no tendría lugar, en opinión de los especialistas del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA).

Los forenses concluyen en un informe remitido al Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Zaragoza que «no se comprueban datos relevantes que supongan una alteración o disminución relevante en la capacidad de conocer los hechos y sus consecuencias.

No obstante, resaltan que da positivo en anfetaminas, cocaína y cannabis en los dos meses previos a asesinar a su pareja sentimental, con la que tenía una hija de 10 años.

Por otro lado, también explican desde el punto de vista de la medicina legal cómo pudo cometerse este crimen machista. El investigado, defendido por la abogada Carmen Sánchez Herrero, afirmó que ambos estaban tumbados en la cama y que estranguló a su pareja por detrás de él. Para los facultativos «la posición más probable es que ambas personas estaban incorporadas porque favorece que el propio peso de la víctima facilite la estrangulación». La mujer no pudo defenderse.

Todo ello se suma a la investigación llevada a cabo por los investigadores de Homicidios y Delitos Tecnológicos que concluyen que el desencadenante del crimen fue el hecho de que Raquel le pidiese la separación. Una semana antes del crimen, cuando la víctima le dijo que quería dejar la relación y le pidió que se fuera de casa, él comenzó a informarse en internet sobre cómo matar, profundizando sobre la técnica que emplearía, siete días después, con la madre de su hija.

A la espera de que las acusaciones realicen la petición de condena, la jueza instructora del caso considera que debería de pagar una indemnización de 90.000 euros a su hija y 40.000 euros para la madre de la fallecida.