El Ayuntamiento de Zaragoza envió hace unos días una remesa de 3.000 notificaciones en la que se informaba a sus destinatarios de la "advertencia previa de embargo" por el impago de tributos municipales. Una sorpresa que originó un auténtico revuelo ayer en la sede del antiguo Seminario, donde se encuentra la oficina de recaudación, a la que acudieron en masa centenares de personas. Entre sorprendidas y molestas por el hecho de que el consistorio les amenazara con la intervención de sus bienes o cuentas bancarias. Aunque lo cierto es que, según explicaron fuentes oficiales del área de Economía y Hacienda, se trata de un procedimiento "habitual" que se produce tras varios avisos en el domicilio sobre el impago y "durante más de un año". Y esta es una remesa más de las que se envían periódicamente.

Pero estaban prevenidos de que se produciría este revuelo. Eso explica por qué ayer había "seis cajas abiertas" en el edificio Seminario, cuando lo habitual es que haya dos. Porque, afirmaron las fuentes consultadas, "se atendió a todo el mundo". Parecía lógico que así fuera, ya que era para cobrar deudas. No en vano, según se exponía en la última liquidación del presupuesto, el del 2013, se afirmaba que estos impagos arrastrados durante años representan para el consistorio unos 100 millones de euros pendientes de cobrar.

No obstante, desde el ayuntamiento también apostillaron que esto no tiene nada que ver con la empresa que en su día se dijo que iba a contratar el consistorio para recaudar los recibos impagados. Eso apuntaban ayer algunos de los ciudadanos. Pero no es así, porque esta iba a ser para la sociedad Ecociudad y ni siquiera se ha contratado.