En dos días se han reventado tres tramos distintos de tuberías de saneamiento en Zaragoza. Las tres de fibrocemento, un material que se ha quedado obsoleto y que el consistorio zaragozano está sustituyendo principalmente por tubos de fundición dúctil. Desde el 2002 se ha renovado el 16% de una red que alcanza los 1.288 kilómetros, es decir, 212 kilómetros.

El Ayuntamiento de Zaragoza aprobó un plan de renovación de la red de suministro en el 2002 en el que se preveía cambiar hasta 212 kilómetros de conductos, principalmente de fibrocemento. De hecho, 160 kilómetros de acondicionamiento estaban destinados a este tipo de cañerías.

Entonces la extensión de tuberías era de 1.024 kilómetros y prácticamente el 50% era de fibrocemento, un material muy antiguo, que ya no se utiliza y con una vida útil entorno a los 50 y 60 años. De los 451 kilómetros en el 2002, se han reducido a 291. Cuatro kilómetros menos que en el 2012.

El componente del conducto se elige según su anchura. Las nuevas tuberías suelen tener entre 1,5 y 2 metros de diámetro. Gran parte de la red de distribución de agua esta hecha de fundición dúctil. De los 1.288 kilómetros, 816 lo son. El homirgón armado con revestimiento de chapa es el segundo material más utilizado. Actualmente hay 61 kilómetros con este componente. Le siguen el polietileno y el PVC.

ROTURAS Gran parte de los reventones se producen en Zaragoza son en tuberías de fibrocemento. Es el caso de los tres último ocurridos entre el lunes y el martes de esta semana. Desde el consistorio explicaron que este componente "no es flexible" y que se ha quedado obsoleto. Tanto que desde los 80 no se utiliza.

Cuando más reventones se originan es durante los meses de verano, sobre todo en agosto. Desde el consistorio explican que al haber menos población y, en consecuencia, menos consumo de agua "sube la presión de la red" y, aunque se controla metiendo más o menos presión en el punto de salida de la potabilizadora, "puede subir hasta un 20%" lo que origina que finalmente se rompan.

En el 2013 se produjeron 243 roturas de tuberías --de este año todavía no hay datos oficiales--. De ellas, solo 15 por causas ajenas, es decir, por las afecciones de una obra en la zona, las raíces de un árbol o por la canalización de gas. La cifra no tiene nada que ver con el año en el que el consistorio decidió poner en marcha un plan de saneamiento de la red. En el 2002 la media de conductos averiados era de 0,59 por kilómetro, o lo que es lo mismo, hubo 625 reventones de mayor o menor envergadura. Ahora es de 0,19. El referencial está en 0,35 por lo que "los parámetros son normales".

Uno de los problemas con los que se encuentran las brigadas de conservación municipales es el doble reventón, es decir, que tras arreglar un tramo, inmediatamente después se produzca una afección en el siguiente. Un hecho que desde el consistorio zaragozano aseguran que es "normal".