El presidente del PAR y de las Cortes de Aragón, José Ángel Biel, se dio ayer en Madrid un baño de masas durante uno de los desayunos organizados por Aragonex, en el que dio alguna pista más sobre su próximo futuro y no descartó volver "a donde empezó", es decir, la política que se hace en Madrid. José Ángel Biel, dijo que está en su "penúltimo trabajo", que "el último está por ver" y que ahora se está "interesando mucho en la política nacional", a pocos meses del congreso de su partido en el que no optará a la reelección.

Biel admitió que, tras más de 30 años en la política, cada día que pasa está "más cerca del final", pero insistió en que ahora le interesa la política nacional y en que hay quien le dice que tiene que acabar su trayectoria como la empezó (diputado en el Congreso por Teruel en la legislatura constituyente de 1977). Tras apuntar en tono de broma que, si termina como empezó, espera que no sea en otra legislatura constituyente, Biel se mostró "contento" y "orgulloso" de lo que ha hecho y señaló que, no obstante, "nunca se sabe cuál será la última función".

REFERENDO EN CATALUÑA

Pero no fue este el principal cometido del presidente de las Cortes en este desayuno, al que asistieron cerca de 300 personas. Aunque advirtió de que hablaba "sin representar a nadie", dio su visión sobre la bilateralidad y las relaciones que deben tener las comunidades con el Estado, abogando por la lealtad y las relaciones bilaterales que encajen en un sistema común. No pudo obviar el debate soberanista catalán y aseguró que el referendo "no se puede celebrar" y afirmó que "cuando lo convoquen habrá que prohibirlo" y que "cuando saquen las urnas a la calle habrá que requisarlas".

"Si es ilegal es ilegal y habrá más de un sistema para impedirlo", defendió Biel, quien sostuvo que la solución del problema catalán es "cuestión de paciencia" y de aplicar la ley: "Creo que el presidente del Gobierno paciente es y que este tema con paciencia se resolverá", confió, tras calificar de "injusto que una comunidad se levante y diga que no tiene suficiente con lo que tiene y que todos agachemos la cabeza, digamos sí, bwana y cambiemos la Constitución".

A este respecto, opinó que la reforma de la Carta Magna que propone el PSOE para ir a un modelo de "federalismo asimétrico" supone "seguir reconociendo privilegios a los territorios que siempre los han tenido" para intentar resolver conflictos que, en su opinión, son "irresolubles". "El que nace barrigón, tontería que lo fajen", remató a modo de conclusión sobre el problema catalán. Además, criticado que se esté tratando a Cataluña "de igual a igual, como si fuera un Estado distinto", y advirtió de que Aragón "no puede aceptar que tenga menos derechos que Cataluña".