El proyecto de reintroducción del buitre negro en la cordillera pirenaica que se está desarrollando en la provincia de Lérida desde el 2017 ya se deja notar en las comarcas aragonesas. La Fundación para la recuperación del quebrantahuesos (FRQ) informó esta semana de que gracias a las veinte parejas que se han aclimatado en las cumbres ya se pueden observar ejemplares en en dispersión en el comedero para rapaces que gestionan en Aínsa. Estos animales han sido detectados en compañia de buitres leonados, alimoches, milanos real y negro y quebrantahuesos.

Actualmente, salvo estos desplazamientos punturales, la población pirenaica de buitre negro está ubicada en la reserva de caza de Boumort, en la provincia de Lérida, y ha sido impulsada por la asociación naturalista Grefa gracias al proyecto Gypaetus Monachus. Este dispositivo tiene como objetivo recuperar las poblaciones europeas de las rapaces necrófagas amenazadas y está permitiendo el asentamiento del buitre negro en dos zonas del norte de España donde se había extinguido, los Pirineos y la sierra de la Demanda en la provincia de Burgos.

Al mismo tiempo, este proyecto ha comenzado a estudiar posibles zonas de reintroducción del quebrantahuesos en el norte del Sistema Ibérico.