Aragón ha registrado la mejor temporada de incendios forestales de los últimos cinco años, según el balance presentado ayer por el consejero de Medio Ambiente, Alfredo Boné. De hecho, aunque el número de siniestros haya aumentado con respecto al 2003 (367 frente a 325), el 80% tan sólo han sido conatos de fuego, al no superar la hectárea.

Estos datos todavía habrían sido mejores si no se hubiera producido el incendio provocado por maniobras militares en el campo de tiro de San Gregorio. Ya que de las 1.383 hectáreas afectadas en todo Aragón, 680 lo fueron en este fuego, el mayor de la campaña. El incendio de San Gregorio se originó el 31 de agosto y duró 22 horas y 25 minutos. Dada la particularidad de la finca, propiedad del Ministerio de Defensa, la DGA no pudo actuar hasta obtener autorización, lo que retrasó la extinción.

Aunque en San Gregorio se quemaron 80 hectáreas arboladas, los datos de Medio Ambiente revelan también un descenso total de hasta un tercio en la superficie arbórea quemada con respecto al 2003.

"Que se hayan duplicado los presupuestos para prevenir y extinguir los incendios forestales se ha traducido en una mayor eficacia y rapidez de los efectivos", explicó Boné en la visita que ayer realizó a la base de helicópteros de Peñalba, "una de las mejores instalaciones helitransportadas de Aragón". De hecho, el dinero destinado a esta lucha ha pasado de 12,5 millones de euros en el 2003 a 19 millones en el 2004. Y para el 2005 está prevista una partida presupuestaria de 24 millones.

Un incremento que ha permitido aumentar este año a ocho los helicópteros (dos más que en el 2003), así como una serie de mejoras en las tecnologías. Tales como la detección automática, la ampliación de la red de comunicaciones, el seguimiento de unidades móviles a través de GPS o la activación de hasta 75 puestos de vigilancia.

Entre las causas de los incendios, en esta ocasión la climatología ha jugado en favor de la prevención, sobre todo a principios de primavera, época en la que más siniestros se producen. Sin embargo, los fuegos intencionados son todavía preocupantes, porque aunque sólo suponen el 6% del total, están muy presentes en el listado de los mayores incendios. En cuanto a las negligencias y los rayos, siguen copando el reparto de causas.

Alrededor de 1.200 personas han trabajado en la lucha contra incendios, repartidos en los 75 puestos de vigilancia, 58 cuadrillas terrestres y helitransportadas y 30 autobombas de la DGA. Y aunque el 15 de octubre finalizó la fase crítica, en esta época de activación baja existe un despliegue encargado de actuaciones preventivas, desarrolladas fundamentalmente por cuadrillas forestales.

Las comarcas, ayuntamientos, diputaciones provinciales y el propio Ministerio de Medio Ambiente colaboran con medios propios en la extinción de incendios. Estas administraciones prestan medios terrestres y dotaciones de personal profesional y voluntario. El ministerio, además, colabora con tres helicópteros.