Cáritas Aragón atendió durante el 2017 a un total de 25.512 personas en los distintos servicios de acogida que ofrece en la comunidad. Aunque la cifra se sitúa un 12,9% por debajo de la del 2016 -en ese año fueron 29.627 los casos los atendidos- la entidad constata que durante el último curso se ha seguido intensificando la gravedad de las situaciones de familias e individuos acompañados. «Han acudido menos personas a Cáritas pero presentan un mayor grado de deterioro» señaló su presidente, Carlos Sauras, quien recalcó que estos sufren «una pobreza más intensa».

Así lo explica la memoria que Cáritas Aragón presentó ayer en Zaragoza, un documento que también constata el aumento de la inversión realizada respecto al año anterior, al pasar de los 11.984.002 euros del 2016 a los 12.972.180 del 2017. Esto responde, según la institución, a que los apoyos se mantienen durante más tiempo y mediante distintos programas.

Sauras manifestó en la presentación del documento que la sociedad muestra un espacio de integración «con bases más débiles» y una exclusión «más severa». En ese sentido, consideró que la recuperación económica «no ha llegado a todos» y que ha aumentado la desigualdad; dicho de otra manera, ha generado un distanciamiento entre aquellos que disfrutan de una integración social plena y los que se encuentran en la exclusión social. Una recuperación para el presidente «a dos velocidades», en el contexto de una sociedad más desigual, en la que, por ejemplo, hay más trabajadores pobres.

El secretario técnico de la organización, Jesús Luesma, indicó que las personas en situación de pobreza en el 2017 representaban el 15,8% del total y un 2% era severa; cuando empezó la crisis, en el 2008, los respectivos porcentajes eran del 16% y del 2%.

En lo que respecta al personal que participó con la entidad, Luesma señaló que en el 2017 fueron 2.733 los voluntarios y 270 los técnicos contratados.